Sentido de vida
Por Krisaltis
En el diario existir de las personas
no son muchas las veces en las que uno se pregunta y se pone a reflexionar
acerca del sentido de la propia existencia, viviendo las cosas como si
estuvieran dadas de por sí, listas para que uno cumpla su función en la
sociedad o en la Tierra. Sin embargo este texto se propone a dar una reflexión
acerca del sentido de vida, cuyo carácter no se lo tiene en cuenta sino en
momentos de crisis o en los últimos años de vida. Pero para poder hacerse una
idea de lo que implica hablar del sentido de la vida, hay que preguntarse por
el sinsentido.
En efecto, cuando uno nace la vida
parece tener sentido, pero eso es porque ya existe una idea social preconcebida
que le da una noción a cada individuo qué hacer. Por ejemplo cuando uno nace en
una sociedad religiosa es más probable que piense que su vida está llevada y
guiada por la mano de algún ser sobrenatural. Pero no siempre esto logra
satisfacer a uno y entonces empieza un escepticismo, en donde el sentido de
vida cambia y pasa a ser otro dependiendo de la perspectiva de la persona. ¿Por
qué hay tantos “sentidos”? Uno podría decir que los hay tantos como personas
existen. La cuestión es que uno se empieza a dar cuenta que la vida en última
instancia no tiene sentido. Y no la tiene no porque no haya nada por qué vivir,
sino porque simplemente las cosas siguen su curso independiente de uno. Y esto
podrá parecer muy crudo y que podría ofrecer ciertas tendencias al suicidio o
algo por el estilo, sin embargo contiene dentro de sí el potencial de ofrecer
una calidad de sentido de vida consciente más que simplemente creerse que cada
uno tiene un mero papel, cual guión en un teatro.
Y aquí está la cuestión central del
asunto, que no se trata solo de dar una mera respuesta provisional diciendo que
el sentido de vida es importante porque el sentido mismo le da validez. Eso es
una auto-respuesta que en vez de decirnos algo sobre la comprensión de la
existencia simplemente nos la pone de lado por un momento. La cuestión es
simple y a la vez compleja, la existencia misma no tiene sentido. Nada escapa a
esto, ni siquiera decir que existe un dios que otorga sentido a todo, porque en
el trasfondo está el sinsentido, cuyo sentido simplemente lo genera este ser
sobrenatural. Es como decir que en el trasfondo de un dibujo se encuentra el
papel, en donde el dibujo es el sentido y el papel es el escenario en donde uno
proyecta el sentido. Alguien puede decir que es dios quien hace los dibujos,
pero en ese caso habría que ampliar la percepción y ver a dios como dentro de
una habitación dibujando algo, cuyo sentido ese dios mismo se lo genera,
existiendo el trasfondo del sinsentido, ¿y quién le da sentido a la habitación
con el dibujante?
El sentido de vida uno se lo genera
con el fin de mantener la propia existencia y de vivir moderadamente bien, o al
menos ésa sería la idea. La gente que decide terminar con su vida porque no le
ve sentido a nada no lo hace porque realmente comprende que la vida no tiene
sentido, si lo hiciera comprendería que así como no tiene sentido la existencia,
tampoco lo tiene darle un único sentido “terminando” su propio sinsentido,
mayormente lo hacen por decepciones que por crisis de esta índole. Pero esto es
más complejo y necesitaría un estudio más amplio, las variables son tantas que
se requeriría de una labor más minuciosa, aquí solo se enfocará en que la
existencia misma no tiene sentido y que todo lo que uno hace en ella es una
fabricación posterior para poder vivir como vivimos. La persona promedio no suele
vivir más de 100 años en los tiempos actuales, lo que aquí pensamos como muy
importante dentro de unos millones de años quizá nadie sepa que era importante,
pero eso no significa que su importancia actual sea menor, eso solo sería
reducir la visión de las cosas a las escalas del tiempo. Lo que quiero decir es
que la comprensión del sinsentido le da mayor fuerza al sentido de la vida
porque es lo que permite que continuemos existiendo como seres humanos –porque ser
humano no es solo algo biológico, sino también cultural. El sentido que se
tiene ahora es una continuación de una cadena de organización que viene desde
lo infinitamente pequeño, y me refiero a las propiedades que emergen desde los
átomos, hasta el hidrógeno, pasando por toda la tabla periódica de los
elementos hasta terminar en las algas que otorgan oxígeno y que todo esto está
en un ecosistema.
Existe una línea “ascendente”, podría
decirse, hasta donde se sabe que termina en el sentido de vida –si es que no
hay algo más que no percibamos- que la sociedad se da para poder subsistir, una
línea imaginaria en donde la auto-organización se desenvuelve hasta generar
planetas como el nuestro y auto-organizaciones psíquicas que son las que
otorgan un rumbo a la comunidad humana, teniendo en cuenta que cada grupo
humano tiene sus diferencias, pero semejantes entre sí en cuanto darle un
sentido a las cosas. El sentido de vida dado como si ya existiera no existe,
sino que uno lo genera a medida que evoluciona, se desarrolla, e intercambia
con el entorno. No se trata de imaginarse que por ejemplo una planta es una
planta porque ya existía una imagen de lo que la planta sería, la planta puede
morir en cualquier instante por una pisada o por una inundación, de lo que se
trata es de ver que existe en los hechos un modo de organización que permite al
universo desarrollarse, sin el cual nada existiría.
Se puede decir que eso pasa en casos
excepcionales como en la Tierra y que en el universo no es común ver ello. Es
cierto que no es común verlo, pero también es cierto que la organización
involuntaria de la relación entre los diferentes elementos químicos generan
propiedades emergentes y que el hecho que exista la Tierra como la conocemos no
significa que se haya de dejar de pensar en que nuestra propia organización que
da sentido a la vida sea menos significativa, es más bien todo lo contrario, a
pesar del sinsentido aún existe sentido de la forma más refinada, si se quiere
llamar así, que se da en el pensamiento-sentimiento. Tener en cuenta que el
fundamento de todo esto es el sinsentido le otorga a uno también la posibilidad
de ser más tolerante con la perspectiva de otros, claro está que tampoco es
para caer en el relativismo diciendo que todo acto es aceptable, hay cosas que
si no estuvieran legisladas la comunidad humana no existiría como tal o de otro
modo se exterminaría. El sinsentido permite comprender las cosas más allá del
lenguaje, lo que podría llamarse una experiencia mística, porque al comprender
las cosas desde esta perspectiva, se las aprehende como son, o al menos como son
humanamente perceptibles con todos sus matices posibles.
Todo esto nos conduce a pensar que
nadie tiene la verdad absoluta, que las personas pueden tener pensamientos
diferentes y aun así respetarse, que el valor de la existencia está en que es
una rareza en lo existente, que el sentido de vida se vive mejor cuando se
comprende que no hay un sentido absoluto, sino que existe un sinsentido que
permite todo aflorar y comprender lo que existe según la cosmovisión que uno
tenga o se forme. Es más sano tener una perspectiva de sinsentido desde el cual
partir hacia un sentido, que pensar que existe un sentido único y que debe ser
impuesto –camuflado como sea que se camufle- a todos por igual. Una visión
menos dogmática, más compleja y menos simplista se puede dar a partir de una
apertura hacia el sinsentido. Sin embargo, este sinsentido no puede ser
pensado, sino vivenciado, no puede decirse que simplemente hay algo allí que no
puede explicarse aplicándosele un sentido al momento de describirlo, ha de
ponerse en práctica.
www.krisaltis.tk
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