La razón
Revista ROSACRUZ /1990
Todo aquel que desee alcanzar la Conciencia Cósmica debe razonar. Y la persona que llega a alcanzar ese exaltado estado de conciencia debe hacer uso de la razón de una manera más amplia. Para poder razonar es necesario pensar, y para poder pensar tenemos que ser capaces de concentrarnos profundamente, a fin de comparar y sintetizar las ideas. La persona que puede concentrarse necesita recordar, pero debe asociar aquello que recuerda con otras ideas, para luego ordenarlas en la mente con el propósito de comprenderlas con claridad.
Quienes no entienden lo que significa realmente la palabra “razón” y, por tanto, no le es dable comprender su función divina indispensable para el desarrollo cultural y el de la personalidad, tienden a considerar que los procesos del razonamiento son innecesarios.
Algunas personas piensan erróneamente que siendo el razonamiento una función de la mente, no puede trascender su propio estado orgánico para percibir la realidad cósmica. Los pseudopensadores reducen la razón a un estado inferior del que posee lo que suele llamarse “revelaciones psíquicas” o “discernimiento místico”.
A causa de este concepto erróneo respecto a la función y al lugar que ocupa la razón en el desarrollo humano, muchos de nosotros tendemos a creer que razonar sobre un tema abstracto –en un problema o un misterio que desafía al intelecto human- sólo obstruye o demora la iluminación que buscamos. De acuerdo con quienes sustentan tal punto de vista, la razón obstruye el funcionamiento de los aspectos más elevados de la mente y de la conciencia, impidiendo que se obtenga inspiración divina en un plano más elevado.
No uno sino todos los místicos, filósofos y educadores han sostenido siempre que el método primordial para obtener conocimiento, es razonar. Pese a esto, muchos piensan todavía que la razón es algo que puede guiar al buscador de la verdad hacia el camino que conduce “al mal”. Esto contrasta, por ejemplo, con el punto de vista del renombrado Platón, quién iguala a la razón con la inteligencia divina, porque la experiencia ha demostrado que si uno razona encuentra soluciones atinadas y satisfactorias para los problemas más desconcertantes.
Los eruditos consideran que razonar es la función mental más elevada, porque sin ella el hombre se dejaría llevar por emociones destructivas y, por ende, la civilización no podría haber avanzado pues la sociedad no estaría basada en la ley y el orden.
Fuente: http://elamarna.wordpress.com/2007/02/26/la-razon/
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