Por Krisaltis
Cuando uno trata de definir el estado de salud adecuado, por lo general hace mención del término medio. Nada en exceso por ninguno de los lados, sea en lo excesivo como en lo escaso. Y es que es cierto, si uno abusa de cualquier cosa, termina dando otra cosa en compensación. Como, por ejemplo, en la comida, si se come demasiado puede caerle mal a uno. Lo mismo para la inversa, si se come poco se puede sufrir de desnutrición con sus consecuencias. Esto en cuanto al estado sano de la persona. También se puede apreciar en otros ámbitos, como en los estudios. Si uno estudia demasiado sin relajarse de vez en cuando, puede acabar desenchufando del entorno físico. Por eso, lo sano y saludable es indicador de equilibrio, sensatez y armonía.
Desde antiguo la concepción del término medio se ha venido manifestando en la humanidad. Antes, en la antigua Grecia, existía la noción de Némesis. Se trataba de aquello que se encargaba de mantener las cosas en balance. Hybris era quien provocaba la supuesta ruptura, pero entonces se manifestaba Némesis con violencia para que las cosas retornen a su cauce. En el ámbito Oriental también se daba algo similar. En este caso Varuna era uno de los encargados de mantener todo en orden. Y hay algo peculiar en esto, que inclusive los dioses estaban bajo el dominio del destino cósmico. En efecto, si los dioses con su soberbia –hybris- pretendían hacer de las suyas, eran afectados por Némesis. Las moiras griegas, que son el destino de todos, y Rita, el orden cósmico en al concepción india, se encargaban de indicar que las obras humanas han de fluir en el término medio, en su justa medida. Inclusive en las escrituras referidas al Tao se habla del vivir en armonía. Sin embargo, hoy por hoy, esto no es del todo así.
Ahora, sucede una gran ironía en la sociedad en turno. Todavía, al menos de vez en cuando, se suele promover la justa medida en las acciones propias y comunes, pero cuando a uno le llaman “mediocre”, se siente grandemente ofendido. Es mejor ser hombre exitoso que hombre mediocre, se suele repetir en coros, ya sea en las universidades o en la calle. Y si alguien osa decir lo contrario, es que es una persona sin aspiraciones mayores. Sin embargo, oh sorpresa, lo mediocre no es indicativo de gente ignorante. Y tan solo para sonar un tanto más académicos, en la Real Academia de la Lengua Española la palabra “mediocre” tiene dos acepciones: la primera, que se refiere a algo “de calidad media”; lo segundo, que se refiere a algo “de poco mérito, tirando a malo”.
Pues bien, este escrito no es para analizar cada palabra que se usa. Tan solo se toma como ejemplo, pues es evidente que en sus orígenes la palabra “mediocre”, que viene del latín “mediocris” ha pasado del estado normal, sano y en balance a ser una consideración despectiva. Esto dicho manifiesta un asunto importante, y es que en el inconsciente se ha incrustado la ilusión de poder salir del término medio. Sin embargo, más arriba se señaló que lo que está en equilibrio es sano y saludable. Aplicado al ámbito mental también, ya que se es más lúcido. Una mente embotada, que no está en calma o que manifiesta cualidades flojas, no es coherente ni ve muy claro el entorno. En detrimento del término medio se propone la competición, el ser mejor cada día, ver cuántos pasos hay para alejarse de la mediocridad. A consecuencia de lo dicho se incrementa el refinamiento tecnológico en detrimento de la naturaleza, y luego hay sequías, inundaciones, conflictos armados, etc. ¿Qué sucedería si las personas viviesen con lo preciso para vivir, evitando lo excesivo? De hecho que la mayoría de las preocupaciones se esfumarían, ya que se trata de estrés sin motivo relevante alguno. Cuando se deja de lado el término medio, la prudencia se olvida ¿Y acaso una persona imprudente, que como se ha dicho es aquel que olvida el término medio, no es de por sí insensato, no lúcido y poco coherente? Además, si se ha dicho que el balance, el equilibrio, el vivir según la justa medida – o sea en prudencia- es sano, ¿a qué se le denomina la ausencia de salud? Hay una palabra para ello, y es que se está enfermo.
Evítese creer que dejar las cosas a medias es lo que se sugiere. No, esta postura no sería muy coherente. Tan solo se trata de hacer lo que se hace con prudencia, en su punto medio, lo suficiente. Si se va a tomar agua, se bebe lo suficiente y no se desperdicia lo demás. En los mitos y en las narraciones nativas se suele reconocer el respeto a la naturaleza, y a raíz de ello se da el término medio. Estas narraciones no tienen por qué ser verdaderas al pie de la letra, sino que pueden servir a la humanidad a convivir unos con otros de modo mejor, en la medida de lo posible. En el término medio hay sabiduría, y quizá sea ello uno de los factores importantes que suele espantar hasta querer destruir las enseñanzas ancestrales. Es obvio que con la carcomida de cerebro que se da por todos lados, ¿cómo reaccionará alguien que ha “vivido” por bastante tiempo con sus refinamientos para vivir en lo moderado?
Desde antiguo la concepción del término medio se ha venido manifestando en la humanidad. Antes, en la antigua Grecia, existía la noción de Némesis. Se trataba de aquello que se encargaba de mantener las cosas en balance. Hybris era quien provocaba la supuesta ruptura, pero entonces se manifestaba Némesis con violencia para que las cosas retornen a su cauce. En el ámbito Oriental también se daba algo similar. En este caso Varuna era uno de los encargados de mantener todo en orden. Y hay algo peculiar en esto, que inclusive los dioses estaban bajo el dominio del destino cósmico. En efecto, si los dioses con su soberbia –hybris- pretendían hacer de las suyas, eran afectados por Némesis. Las moiras griegas, que son el destino de todos, y Rita, el orden cósmico en al concepción india, se encargaban de indicar que las obras humanas han de fluir en el término medio, en su justa medida. Inclusive en las escrituras referidas al Tao se habla del vivir en armonía. Sin embargo, hoy por hoy, esto no es del todo así.
Ahora, sucede una gran ironía en la sociedad en turno. Todavía, al menos de vez en cuando, se suele promover la justa medida en las acciones propias y comunes, pero cuando a uno le llaman “mediocre”, se siente grandemente ofendido. Es mejor ser hombre exitoso que hombre mediocre, se suele repetir en coros, ya sea en las universidades o en la calle. Y si alguien osa decir lo contrario, es que es una persona sin aspiraciones mayores. Sin embargo, oh sorpresa, lo mediocre no es indicativo de gente ignorante. Y tan solo para sonar un tanto más académicos, en la Real Academia de la Lengua Española la palabra “mediocre” tiene dos acepciones: la primera, que se refiere a algo “de calidad media”; lo segundo, que se refiere a algo “de poco mérito, tirando a malo”.
Pues bien, este escrito no es para analizar cada palabra que se usa. Tan solo se toma como ejemplo, pues es evidente que en sus orígenes la palabra “mediocre”, que viene del latín “mediocris” ha pasado del estado normal, sano y en balance a ser una consideración despectiva. Esto dicho manifiesta un asunto importante, y es que en el inconsciente se ha incrustado la ilusión de poder salir del término medio. Sin embargo, más arriba se señaló que lo que está en equilibrio es sano y saludable. Aplicado al ámbito mental también, ya que se es más lúcido. Una mente embotada, que no está en calma o que manifiesta cualidades flojas, no es coherente ni ve muy claro el entorno. En detrimento del término medio se propone la competición, el ser mejor cada día, ver cuántos pasos hay para alejarse de la mediocridad. A consecuencia de lo dicho se incrementa el refinamiento tecnológico en detrimento de la naturaleza, y luego hay sequías, inundaciones, conflictos armados, etc. ¿Qué sucedería si las personas viviesen con lo preciso para vivir, evitando lo excesivo? De hecho que la mayoría de las preocupaciones se esfumarían, ya que se trata de estrés sin motivo relevante alguno. Cuando se deja de lado el término medio, la prudencia se olvida ¿Y acaso una persona imprudente, que como se ha dicho es aquel que olvida el término medio, no es de por sí insensato, no lúcido y poco coherente? Además, si se ha dicho que el balance, el equilibrio, el vivir según la justa medida – o sea en prudencia- es sano, ¿a qué se le denomina la ausencia de salud? Hay una palabra para ello, y es que se está enfermo.
Evítese creer que dejar las cosas a medias es lo que se sugiere. No, esta postura no sería muy coherente. Tan solo se trata de hacer lo que se hace con prudencia, en su punto medio, lo suficiente. Si se va a tomar agua, se bebe lo suficiente y no se desperdicia lo demás. En los mitos y en las narraciones nativas se suele reconocer el respeto a la naturaleza, y a raíz de ello se da el término medio. Estas narraciones no tienen por qué ser verdaderas al pie de la letra, sino que pueden servir a la humanidad a convivir unos con otros de modo mejor, en la medida de lo posible. En el término medio hay sabiduría, y quizá sea ello uno de los factores importantes que suele espantar hasta querer destruir las enseñanzas ancestrales. Es obvio que con la carcomida de cerebro que se da por todos lados, ¿cómo reaccionará alguien que ha “vivido” por bastante tiempo con sus refinamientos para vivir en lo moderado?
Namasté
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