Copérnico el aristotélico
De entrada ya  algún lector se habrá espantado con el título, el cual le produce  desmayo, desacuerdo y un tropel de improperios a mi persona. Pretendo  sentar algunos conceptos sobre la figura de Copérnico, su papel en la  historia de la ciencia y la realidad que vivió.
Se ha mitificado en grado sumo el papel de Copérnico en la Revolución Científica del siglo XVI. En 1543 se publicó, a título póstumo, el De Revolutionibus,  un libro que pasaría a la historia como el iniciador de la mencionada  revolución. Lo mejor sería hacer una lista con los diez principales  puntos que considero confusos:
1. Copérnico no fue el primero en dotar de movimiento a la Tierra.
2. Copérnico no es un «detractor» absoluto de Ptolomeo.
3. Copérnico no fue un gran astrónomo en el sentido de modelización de datos.
4. Copérnico se basa en argumentos aristotélicos y platónicos.
5. Copérnico sí le daba una validez real a su teórica planetaria.
6. Copérnico no sabe evidenciar el movimiento de la Tierra.
7. El sistema copernicano no facilitaba los cálculos, sí los hacía algo más precisos.
8. Los astrónomos de la época de Copérnico no aceptan que el sistema copernicano tengan realidad física.
9. La revolución copernicana toma forma con los copernicanos, no con Copérnico, nacidos en la época de la publicación del De Revolutionibus.
10. El sistema copernicano no es heliocéntrico (uy, lo que he dicho).
1. Copérnico no fue el primero en dotar de movimiento a la Tierra.  Este  apartado es muy conocido y transitado. Sólo basta leer el capítulo V  del Libro 1 para ver como como el mismo Copérnico cita a Heráclides,  Filolao, etc.
2. Copérnico no es un «detractor» absoluto de Ptolomeo.  Se ha representado en muchas ocasiones a un Copérnico enfrentado a la  figura de Ptolomeo, esto está muy alejado de la realidad. Copérnico  valoraba a Ptolomeo como un gran astrónomo. De hecho en los catorce  siglos que los separa no hubo ni un astrónomo de primera línea. Tal vez  los que preceden inmediatamente a Copérnico: Peuerbach y su alumno  Muller (Regiomontano). Lo que critica es que la longitud del año tenía  un desface de 14 minutos y algunos segundos. Eso había generado un  atraso en las estaciones de 10 días. El calendario se reformará (tomando  la base copernicana) en 1582, con Gregorio XIII, de ahí la denominación  calendario gregoriano.
3. Copérnico no fue un gran astrónomo en el sentido de modelización de datos. Lo  que realmente consiguió Copérnico fue hacer una transformación  geométrica de los modelos ya construidos por Ptolomeo y los árabes. Esto  no le resta importancia a la labor de Copérnico, pero sí se la suma al  papel que juega Kepler: fue el primer astrónomo tras Ptolomeo que  consiguió modelar un sistema a partir del arduo análisis de los datos.
4. Copérnico se basa en argumentos aristotélicos y platónicos.  El intento de mitificar en demasía a nuestro maravilloso personaje hace  que no conozcamos el fondo de la cuestión. La base de todo el sistema  copernicano descansa en la idea de que las órbitas deben ser circulares y  uniformes, idea que parte de Platón y Aristóteles. Copérnico le  reprocha a Ptolomeo, a sus antecesores (Eudoxo y Calippo, por ejemplo) y  a todos los sucesores, el alejarse de este concepto de uniformidad al  introducir todo tipo de subterfugios geométricos (deferentes, ecuantes,  etc.) con tal de salvar las apariencias (esto es, describir las  trayectorias sin importar demasiado la física del movimiento). Por lo  tanto parte de una idea mística y pitagórica que, por suerte, le lleva a  una solución relativamente correcta.
5. Copérnico sí le daba una validez real a su teórica planetaria. Fue  Osiander quien escribió el prólogo en el que se presenta el sistema  copernicano como una «hipótesis matemática sin realidad física». Los  astrónomos estaban acostumbrados a trabajar con modelos matemáticos sin  acudir a realidades, la crisis astronómica pasaba por este divorcio  entre realidad y modelo cosmológico. Copérnico no se mostraba a favor  del prólogo, su convicción era total acerca del movimiento terrestre. El  capítulo VIII del Libro I se titula Solución de dichas razones y su insuficiencia, en él pretende resolver los problemas que se le asocian al movimiento de la Tierra por muchos de los autores antiguos, citados en el capítulo VII.
6. Copérnico no sabe evidenciar el movimiento de la Tierra. Siguiendo  con la idea anterior, Copérnico pretende dar una solución a las trabas  puestas al movimiento terrestre. Se apoya en razonamientos  aristotélicos: si la Tierra rota no aparece un viento hacia el Este porque el aire está compuesto por «partículas terrosas».  El vocabulario y los conceptos utilizados son todavía medievales.  Nuestro gran iniciador de la revolución está todavía entre dos mundos  conceptuales, entre dos tierras.
7. El sistema copernicano no facilitaba los cálculos, sí los hacía algo más precisos.  No es verdad que el sistema de Copérnico les facilitase el trabajo a  los astrónomos, de hecho aún mantiene la idea de las esferas. Tycho  Brahe sería el primero en señalar que un cometa pasaba de la esfera de  Venus a la de Mercurio. Brahe desnudó de realidad física el concepto de  esfera. Fue un copernicano convencido en el plano matemático pero un  acérrimo anticopernicano en el modelo cosmológico (elaboró su propio  sistema tychónico). Este punto está unido al siguiente.
8. Los astrónomos de la época de Copérnico no aceptan que el sistema copernicano tengan realidad física. Ya se ha dejado ver en los apartados anteriores. El De Revolutionibus  tuvo un efecto casi inmediato entre los astrónomos, pero no por la  reordenación planetaria. Fue por la precisión en los cálculos, como se  ha señalado arriba. Reinhold, que no fue copérnicano, usó el método  copernicano para elaborar, en 1551, las Tablas pruténicas.
9. La revolución copernicana toma forma con los copernicanos, no con Copérnico, nacidos en la época de la publicación del De revolutionibus. Efectivamente.  Como se ha dicho en el punto 8 la influencia inicial se dio en el plano  matemático. Pero los astrónomos nacidos a mediados del siglo XVI  crecieron con las ideas copernicanas. Fueron éstos los que iniciaron,  realmente, la Revolución Copernicana.  Si se hubiese obviado la obra de Copérnico no se habría iniciado tal  revolución. Es más, si el propio Copérnico hubiese sobrevivido unos años  a su obra no habría podido defenderla por carecer de argumentos en los  términos de la nueva física emergente. En palabras de Solís y Sellés: «el primer astrónomo copernicano acabó con el copernicanismo»,  refiriéndose a Kepler. Pues éste, a pesar que sus ideas también tenían  reminiscencias místicas, refinó el modelo copernicano dotándolo de un  cuerpo teórico y despojándolo de los prejuicios  aristotélicos-medievales. A las ideas de Kepler hay que unir a un  Galileo más copernicano que Copérnico: su «Gaceta sideral»  deja patente el orden copernicano del cosmos. Además, su nueva ciencia  de la cinemática sienta las bases de la inercia (aún con algunas  incorrecciones por limitarse a la circularidad) que despeja las dudas  sobre los problemas que ocasiona el movimiento de la tierra que pisamos.
10. El sistema copernicano no es heliocéntrico (uy, lo que he dicho). Esto  ya es para los quisquillosos. La famosa imagen con las siete capas  esféricas del capítulo X del primer libro no es más que una técnica de  marketing. Nos muestra un sistema en el que el Sol ocupa la posición  central. Los siguientes capítulos (muy técnicos, por cierto) revelan que  se dan ciertas anomalías y que, en realidad, el Sol no está exactamente  en el centro, está muy próximo a él . Es por esto que muchos textos se  refieren al modelo como modelo heliostático, el Sol está  parado, pero no en el centro. No hubo que esperar mucho para que la  humanidad se acercase un poco más a la realidad: Kepler situó al Sol en  uno de los focos de la elipse que describe la Tierra  en su movimiento de traslación. Por desgracia yo tuve que esperar a  llegar a la facultad para conocer, de primera mano, el «problema de los  dos cuerpos» y ver que ni la  Tierra ni el Sol están quietos respecto al, llamémosle, «centro». 
BIBLIOGRAFÍA
- Sobre las revoluciones de los orbes celestes. N.COPÉRNICO, Ed. de Carlos Minués, Madrid: Tecnos, 2001
- La gaceta sideral, G. GALILEI; Conversación con el mensajero sideral, J. KEPLER, Ed. de Carlos Solís, Madrid: Alianza, 2007
- Historia de las ciencias. 2. La revolución científica de los siglos XVI y XVII, S. MASON, Madrid: Alianza, 2005
- Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo ptelomaico y copernicano, G. GALILEI, Ed. de Antonio Beltrán, Madrid: Alianza, 1995
- La revolución copernicana, T.S.KUHN, Barcelona: Ariel, 1996
- Revolución científica, M. SELLÉS, C. SOLÍS, Madrid: Síntesis, 1991
Fuente: http://www.cienciaxxi.com/2008/02/coprnico-el-aristotlico.html
  
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