jueves, 7 de octubre de 2010

¿Filosofía cuántica?

¿Filosofía Cuántica?

En vaya lío me he metido. Desde que apareció en el Boletín de Noticias mi+d el artículo Nuevas herramientas para ampliar la percepción de la realidad escrito por Alicia Montesdeoca, en el que hablaba de filosofía cuántica, supe que tenía que hacer un post para aclarar que se entiende por tal. Comencé hace meses con una nota introductoria que llevaba por título: “Observaciones Científicas: Concepción Popular y Aportaciones de las Neurociencias”, para seguir no hace mucho con otro más general “Filosofía de la Ciencia versus Filosofías Científicas”. Y lo que es más grave, tengo ahora más de diez libros sobre la mesa escritos por los autores que citaba Alicia”, que al parecer lo redactó en el “País de las Maravillas”. Y ciertamente que me los leí todos hace años. Intento poner orden tras buscar en Internet información, pero nada. ¡Nada de nada!. Documentación hay mucha, pero páginas rigurosas sobre el tema muy pocas. No existe tal filosofía cuántica. Tras leer la noticia, supe inmediatamente que se encontraba relacionada con el éxito de la película-documental: ¿Y usted que sabe?. Antes de comenzar a narrar brevemente la historia, tan solo mentaré que en la Web en castellano existen 27 entradas por 65.800 en inglés. Eso sí, sobre el film, hay muchas más que acerca de la supuesta “filosofía” ¿Será posible que una obra cinematográfica de lugar a que el ciudadano crea que exista realmente tal filosofía?

Karl Pribram, Rabindanat Tagore y Albert Eistein

Como ya os comenté en el post Filosofía de le Ciencia versus Filosofías Científicas”, en el mejor de los casos la llamada, filosofía cuántica, pertenecería a la categoría de las últimas, no de la primera. Empero tal movimiento, ¡que existir si que existe!, quedaría mejor clasificado como una corriente pseudo-científico-mística, más que cualquier otra cosa. Y no apelo al vocablo pseudociencia en sentido peyorativo, vaya por delante. ¿Nuevas herramientas para ampliar la percepción de la realidad?: depende de lo que se entienda por “nuevas herramientas”. Y ciertamente que la autora ha logrado calar un poco en el ciberespacio, como en la weblog sobre medicina energética “Noticias Cuánticas”. Ya sabemos que en estas corrientes de la medicina natural (pero no en todas) se mezcla “lo divino y lo humano”. No me parece mal. El problema estriba en que a menudo se utiliza el vocablo científico con vistas a dar rigor y seriedad a movimientos que poco tienen que ver “hoy por hoy” con la indagación científica.

Ni tal tipo de filosofía aparece en Wikipedia en español, ni en la inglesa. Sin embargo, en esta última, sí se habla de Quantum Mysticism. Tal vocablo se relaciona con John Horgan, fundador del denominado “misticismo racional”, y que en su momento escribió un artículo en Scientific American sobre las posibles implicaciones filosóficas de la mecánica cuántica. Y aquí comenzó el lío, dando “cienticismo” a movimientos que no dejan de ser productores de especulaciones metafísicas de algunos científicos notables y mucho advenedizo. Ciertamente que algunas de tales obras me parecen fantásticas, mientras otras se me antojan pura bazofia. Pues bien, un artículo, al parecer de John Horgan, “Quantum Phylosophy” aparece en la página web “Metareligion¿Nos vamos entendiendo?

¿Proponen nuevas herramientas para ampliar la percepción de la realidad?. Pues no diría que no. Empero no se trata de ciencia, sino de visiones o filosofías de base científica, algunas de las cuales, a la postre, dan lugar a percepciones místicas, tanto de la mente, como del cosmos. Ya comentamos que los grandes héroes asociados al surgimiento de la mecánica cuántica se relacionaron con los místicos de más prestigio de su época. También expusimos un caso y hoy añadimos otro en la foto de portada. No hay que remitirse a Carl Jung, como hace Alicia Montesdeoca, para adentrarnos en una visión panteísta del mundo inextricablemente interconectado, en la cual todos los elementos del universo se relacionan entre si, mientras también nuestras mentes están interconectadas con otras y con aquél. Muchos pueblos aborígenes y diversas “místicas orientales” (muy respetables e interesantes, por cierto), ya acogieron tal visión, que personalmente me parece bella. Pero Alicia, ¿Qué hace aquí Prigogine? (si el pobre levantara la cabeza, con el temperamento que tenía) y ¿Wolfgang Pauli? He leído muchos libros de Prigogine y permíteme que te diga que no tiene nada que ver, lo mismo que la asociación con Jung, muy anterior por cierto a todo este movimiento, por mucho que existan elementos que, “cogidos de los pelos” pudieran dar lugar a pensar que están relacionados. Lo mismo te diría de la filosofía mística de Rupert Sheldrake, que lanzó su conjetura de los campos mórficos directamente a traves de su experiencia en la India, partiendo de la biología, y no a través de los escritos de Karl H. Pribram y David Bohm, sobre los cuales basaste tu artículo, a sabiendas o no. Otra cosa es que, a la postre, Ruperto los citara en sus libros.

Pero vamos al grano, El físico David Bohm, a quien le dio por hablar con Krishnamurti, al igual que su mentor Einstein lo hizo con Tagore (y me parece más que bien), propuso en “La Totalidad y el Orden Implicado” su visión del cosmos. Para David había un “Orden Implicado” muy diferente del que vemos: “el Orden Desplegado” que percibimos. Del mismo modo, cada objeto del diverso atesora todo el orden implicado que acaece en el cosmos. El neurofisiólogo Karl H. Pribram, llegó a conclusiones parecidas. Según este último, el mundo era como un “holograma”, por lo que cada parte del mismo era un reflejo del todo. De aquí que la “New Age” hablara en su momento del “Movimiento Holográfico”. Ciertamente que había muchas similitudes entre las perspectivas de Bohm y Pribram, que de hecho llegaron a conectar estrechamente, publicando parte de sus conversaciones. En este enlace: “La Mente Global en El Universo Holográfico Michael Talbot dice:

Hoy en día casi todo el mundo ha oído hablar de los hologramas, las imágenes tridimensionales proyectadas espacialmente con la ayuda de un láser. En la actualidad, dos de los pensadores más eminentes en el mundo -David Bohm, físico de la Universidad de Londres, antiguo protegido de Einstein y uno de los físicos cuánticos más respetados, así como Karl Pribram, neurofisiólogo de Stanford y uno de los más influyentes arquitectos de la interpretación del cerebro- creen que el propio universo bien pudiera no ser otra cosa que un gigantesco holograma, una especie de imagen o estructura creada (al menos en parte) por la mente humana.


Curiosamente, Bohm y Pribram llegaron a semejante conclusión de modo independiente, a través del estudio de campos muy diferentes. Bohm se convenció de la naturaleza holográfica del universo tras muchos años de escepticismo frente a las teorías convencionales, incapaces de explicar numerosos fenómenos presentes en la física cuántica. Pribram se convenció a su vez ante la ineficacia de las formulaciones convencionales para resolver determinados enigmas neurofisiológicos.

Una vez llegados a tales conclusiones, Bohm, Pribram y otros investigadores adheridos a la misma idea advirtieron que el modelo holográfico servía para explicar gran número de fenómenos, entre los que se contaban la telepatía, la precognición, la psicokínesis (la capacidad de la mente para desplazar objetos sin valerse del contacto físico), los sentimientos místicos de comunión con el universo, la sincronicidad e, incluso, las experiencias chamánicas y preagónicas. De hecho, como subrayan sus defensores, el paradigma holográfico ayuda a explicar prácticamente todos los fenómenos místicos y paranormales.

Para todos aquellos que quieran adentrase en la Filosofía de David, les recomiendo la bitácora “David Bohm- Espacio de Trabajo” . Pero, ¿Proponen nuevas herramientas para ampliar la percepción de la realidad?. Podemos decir que sí desde un punto de vista metafísico, en el sentido más “light” del vocablo. Yo recomiendo su lectura, desde luego. Empero Alicia, de eso hace más de ¡20 años! No es ninguna novedad, si no una corriente “demodé”. Luego apareció David Peat (National Research Council de Canadá), quien a parte de proponer su idea de la sincronicidad y escribir un libro de la mano de Bohm (Ciencia, Orden y Creatividad), poco más aportó de sustancia. Ni tan siquiera aparece en Wikipedia en Inglés.

Por tanto, básicamente, nos informan de un cosmos interconectado en el cual espacio y tiempo carecen de sentido, y del que sólo percibimos una visión muy fragmentaria, dadas nuestras limitaciones “lo que se despliega de un supuesto orden implicado”, algo así como las escasas dimensiones que apreciamos, según la teoría de las supercuerdas (no estoy defendiendo que existe ninguna conexión entre uno y otro constructo, ¿vale?). Por tanto, de acuerdo a Bohm y Pribram, el todo esta contenido en todas y cada una de sus partes (como en un simple guijarro). Da igual que hablemos de objetos inertes o de nuestras mentes.

Libro que habla sobre una supuesta

Filosofía cúantica.

Ciertamente, se trata de propuestas con un fuerte aroma oriental, pero también con él de muchas concepciones panteístas, que defienden y entienden al suelo como la “madre tierra” que nos ofrece sus frutos a cambio de nuestro respeto. También en muchas de ellas se pensaba que todo estaba conectado. No lo niego, la considero una perspectiva que me atrae. Mejor nos hubiera ido como especie de haberla seguido, en lugar de hacer caso a Bacon, quien dijo algo así como que la naturaleza era un potro salvaje al que había que domesticar (sinceramente el animal era él; y ahora padecemos los frutos de tal visión legada por los primeros empiristas ingenuos, a lo que en mi opinión incorrectamente denominamos tradición judeo-cristiana, por cuanto una cosa es disfrutar del Edén y otra destrozarlo).

¿Y usted que sabe?. Filme que ha despertado el interés

por una supuesta filosofía cuántica, hoy por hoy inexistente

Foto de Karl Pribram

Cuando leí “el batiburrillo” que había escrito la autora mentada, así como su comentario sobre el pensamiento cualitativo, inmediatamente me vino a la cabeza la figura de Jesús Ibáñez (afamado sociólogo de la UCM, desafortunadamente fallecido, quien dejó una buena cantidad de seguidores huérfanos). Ciertamente, que tengo un gran respeto a la figura de un investigador, serio y audaz, capaz de introducir en la sociología española las ciencias de la complejidad, así como tratar con figuras de la talla de los chilenos Humebto Maturana y Francisco Varela (padres de lo que denominaron sistemas autopoiéticos). Gracias a la invitación que hizo Jesús a Francisco, tuve el placer de discrepar con Varela sobre la importancia de los fractales en el mundo de la ciencia (años después, leyendo otra de sus obras, observé con satisfacción como se desdecía y abrazaba mis tesis). Empero ya me temía que el ardor que despertaba Jesús entre sus alumnos iba a traer como consecuencia que ciertos sociólogos sin talento comenzaran a mezclar churras con merinas “acríticamente”. Y así pude comprobarlo años después. Y lo digo porque me imaginé que Alicia era socióloga (lo era), y yo diría que seguidora de Don Jesús. Empero a diferencia de éste, no sabe sopesar sus mezclas, dando lugar a lo que con toda seguridad, Alan Sokal acertadamente denominaría imposturas intelectuales de ciertos humanistas. Pero por favor, esto no es una crítica a los sociólogos, sino a algunos de ellos que saben más los nombres de los autores y obras, que de su relevancia y contenidos. En el mencionado enlace a la citada obra de Sokal y Bricmont puede leerse:

Jesús Ibáñez

[Abusos denunciados]

1. Hablar prolijamente de teorías científicas de las que, en el mejor de los casos, sólo se tiene una idea muy vaga. La táctica más común es emplear una terminología científica -o pseudocientífica- sin preocuparse demasiado de su significado.

2. Incorporar a las ciencias humanas o sociales nociones propias de las ciencias naturales, sin ningún tipo de justificación empírica o conceptual de dicho proceder. (…)

3. Exhibir una erudición superficial lanzando, sin el menor sonrojo, una avalancha de términos técnicos en un contexto en el que resultan absolutamente incongruentes. El objetivo, sin duda, es impresionar y, sobre todo, intimidar al lector no científico. (…)

4. Manipular frases sin sentido. Se trata, en algunos autores mencionados, de una verdadera intoxicación verbal, combinada con una soberana indiferencia por el significado de las palabras.” (pp. 22-23)

La editorial Kairos ha publicado varias obras de Pribram, Bohm, Sheldrake y Peat en castellano. Hay que agradecérselo. Lo que sí es denunciable son las maniqueas contraportadas en donde se aclama que nos encontramos frente a un “cambio de paradigma científico”. ¡Rotundamente falso! Resulta curioso que se hable tanto de cambio de paradigma, por cuanto el uso que se hace de tal concepto contradice todos los requisitos que Thomas Kuhn requería de él.

Lo Lamento, pero no hay una filosofía cuántica, como la autora nos quiere hacer creer, posiblemente tras visionar ¿Y usted que sabe? ¡pues eso!: ¿Y Usted que Sabe?

Juan José Ibáñez

Revision

PD. Artículos relacionados con las obras de Pribram y Bohm, aparecían en la revista Revision. Y para la interpretación científica de la mecánica cuántica os recomiendo esta breve nota

Sumario de los post editados en “Curso Básico sobre Filosofía y Sociología de la Ciencia hasta este post (pinchar en los números para desplegar los post)

Fuente: http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2007/08/12/71613

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