martes, 28 de julio de 2009

Meditación libre


Meditación libre


Por Krisaltis


Por lo general, la gente que medita usando ciertos métodos de visualización no es muy consciente de lo que implica el mundo espiritual, por llamarlo de alguna manera. Las personas que recién se involucran en este ámbito en las más de las veces tienden solo a basarse en lo que el manual de bolsillo indica. No se niega su eficacia, sin embargo, es común ver ciertos vacíos en sus explicaciones. Se recalcan los aspectos positivos, ignorando las consecuencias. Pero en otro texto se tratarán estos y otros detalles, ya que aquí se procurará abordar de modo general pero preciso algunas cuestiones capitales para quien recién se inicia en estos temas.


De lo que se trata en este texto es que uno mismo pueda elaborar el método de manejo de energía más apropiado para sí. No se trata de un mero “visualizar”, ya que esta palabra hace más alusión a imaginarse algo. Sin embargo, por motivos de facilidad expresiva se hará mención de “visualización”, pero en otro sentido, y ése es el de sentir lo que a uno le nazca en espontaneidad. Pero para sentir ello sin el condicionamiento usual, es preciso que uno esté consciente de los procesos internos-psicológicos de cada quien. Pues bien, encontrar a alguien que de por sí pueda percibir lo que le nazca realmente no es muy fácil. El ser humano por lo general ya viene con condicionamientos y todo un patrón de conducta interior. Es a esa clase de humano común y corriente la cual este texto está dedicado, ya que conforma la mayoría de la población. Aquella persona que sufre, siente miedo, siente alegría, goce, etc. Aquel que no sabe cómo empezar siquiera un modo de visualizar su propia energía, aquel que sabe poco o nada al respecto, pero que sin embargo dentro de sí le nace vivenciar-aprender de todo este complejo mundo.

Si bien es cierto que este ámbito es espiritual en el sentido de situaciones no necesariamente físicas o explicadas por la ciencia –ni lo tiene que ser ya que no es su área-, no por ello, pese a ser considerado como creencia, deja de ser parte complementaria del aspecto humano. Y es que no se es meramente solo razón, como bien se sabe, sino también posee ese lado dionisíaco, que no obedece estrictamente al orden parametrado.


Así, el nombre de este pequeño texto es “Meditación libre”, no porque signifique que los otros métodos no lo sean, sino porque significa que uno mismo irá aprendiendo de lo que le surja, con todos los impedimentos que una persona posee. Para esto, es sugerible que el uso de ciertos artefactos de poder, como cuarzos o sal pura, sea empleado para protección, más bien por prudencia, ya que uno empieza a tientas. En un inicio la persona no tiene que saber especialmente todo el listado de cuarzos existentes o amuletos, ya que esto es solo el inicio. La postura para la meditación y el tiempo depende de cómo uno se sienta mejor. En efecto, al primer intento uno ni sabrá cómo hacer eso, pero poco a poco “al refinar” su percepción podrá hacerlo. De momento podría usarse una postura tradicional, como la flor de loto, con las piernas cruzadas, o simplemente echados. En cuanto a la música, lo mismo, la que haga sentir más cómoda. Todo esto, téngase presente, según nazca, surja de uno mismo, en el sentir. De momento el uso de asistencia exterior, como ángeles o guías, no será ni tiene por qué ser necesario. Recuérdese que al ser uno multidimensional, es decir, ilimitado en cuanto energía relacionada con todo lo que Es, es posible que a partir de sí mismo se plasme lo energético. ¿Cómo es posible hacerlo? Un buen comienzo es tan solo usando lo que uno tiene a mano, con lo que se puede y con lo que se tenga. A medida que pase el tiempo y con la práctica, uno sabrá instintivamente, ya que se trata de una cuestión implícita-natural en todos. Por otro lado, sabiendo que el sujeto en su comienzo no podrá sentir o “ver” la frecuencia energética como por arte de magia, bien uno puede ir, sí, imaginándola alrededor, empezando incluso tan solo por ir practicando hasta poder “moldearla”, hacerla como protección o purificación, dependiendo del surgir instantáneo.


Es importante señalar que así como no todo es razón, tampoco todo es sentir. Es sano hacer lo que nazca, pero sin el complemento cuestionador-analítico, simplemente se está omitiendo la complejidad de las cosas. Es bueno fluir en el sentir, pero no en la medida en que afecte el equilibrio interior. Asimismo, saber en qué momento es preciso solo sentir y dejarse llevar y en qué momento no. Así, por ejemplo, incluso la respiración, en el proceso de concentración, irá yendo al ritmo de cada quien. Esta concentración podrá cesar paulatinamente, ya que solo por ser el comienzo de practicar el fluir de la energía en visualización, es obvio que uno no podrá instantáneamente sincronizar. Como se verá, al comienzo los intentos por tener cierto grado de actividad en este ámbito pueden parecer rústicos, y lo son, porque solo con dedicación y tiempo uno podrá “pulirse”.


De este modo, en todo el proceso que conlleva esta meditación libre, la persona ha de estar atenta a cada cambio que se produzca. Quizá su ser lo guíe a ejecutar cierta actividad para sí, que luego se podrá complementar con otras acciones en el futuro y así armar como un rompecabezas un método particular de modus operandi energético, si se entiende. Todo esto, recuérdese bien, ha de ser aplicado con buen ánimo, en alegría y armonía. Y esto porque si uno está triste o de mala gana, el método de visualización puede ir en contra propia, de ahí la importancia de estar centrados en la medida de lo posible. Sin embargo, es común escuchar que por más que uno intente, no puede. Esto puede deberse a diversos factores, como el bloqueo interno o la falta de actividad sensitiva que puede volver a uno insensible. Pero el cuerpo humano no siempre estará bloqueado y habrá momentos en los que uno sienta sincronía consigo mismo. En esos momentos en especial uno ha de intentar fluir y sentir, hasta que llegue un momento en el que es capaz de hacerlo en cualquier momento, incluso saber en qué lugar es adecuado meditar y en qué lugares no.


Todo este método, en fin, es para optimizar la calidad de vida, y que la parte sensible de uno aflore. Lo importancia radical no está en percibir “extrasensorialmente”, porque esto lo puede hacer cualquiera, sino en mejorar como persona y procurar mejorar la comunidad en donde se vive. Si la semilla interior de paz y armonía no logra germinar adecuadamente en donde uno esté, por lo menos se puede hacer el intento de ayudar a que el terreno sea beneficioso para las generaciones futuras. La humanidad precisa esto: unión y armonía. Y la humanidad es la persona común que se ve a la vuelta de la esquina. Ésa es la humanidad, y no solo estar unos minutos visualizando cómo se sana a todos. En conclusión, no solo se trata de ayuda energética, sino práctica; una, guía y orienta las acciones concretas; la otra, las ejecuta. Para terminar, hay que empezar.


Así Es


Namasté

1 comentario:

Anónimo dijo...

la meditación podría ayudarme en términos de salud.....