jueves, 15 de octubre de 2009

Escuelas enseñan a obedecer

"La verdad es que las escuelas no enseñan nada excepto a obedecer órdenes"

John Taylor Gatto es uno de los teóricos actuales más criticos hacia el sistema escolar. Fue maestro durante toda su vida y como observador consciente de los problemas de nuestras sociedades “avanzadas” realiza algunos de los más estremecedores análisis de las razones que nos hacen lo que somos y de hacia donde nos conduce el sistema.

John Taylor Gatto recibió el Premio al Maestro del Año de la Ciudad de Nueva York el 31 de enero 1991 y realizó un discurso demoledor y sorprendente que resume su pensamiento en el que “acusa” a la escuela que conocemos como la mayor enemiga del aprendizaje experiencial, sin el que nada de lo que se aprende sirve para vivir.

La escuela para Gatto no sirve para desarrollar la educación ni adquirir conocimientos. Todo lo contrario, anula la individualidad, atrofia la capacida crítica, encasilla el conocimiento en parcelas en las que la propia curiosidad, intereses y experiencia son irrelevantes y en resumen: “la verdad es que las escuelas no enseñan nada excepto a obedecer órdenes“.

Una de las bases de su crítica más facilmente asumibles es el análisis que hace el tiempo libre; el tiempo del que disfrutan los niños sin ser dirigido ni acotado. Sueño, horas de clase, desplazamientos, compras, extraescolares (actividades más o menos lúdicas, culturales o deportivas dirigidas por adultos en un tiempo concreto fijo) y por supuesto, televisión, dejan a los niños occidentales con unas nueve o diez horas semanales verdaderamente propias y libres, en las que decidir sus intereses, desarrollarlos,experimentar, jugar y autoconocerse. Es decir, muy poco tiempo para construir un yo consistente e independiente. Cuando hay tiempo libre se usa para ir a los centros comerciales o consumir ocio “precocinado”.

Y esta falta de costumbre nos conduce hacia adolescentes y adultos caprichosos, infantiles y consumistas, incapaces de gestionar su propio tiempo si no hay reglas fijas, órdenes, obligaciones o, cuando esto acaba, ofertas de ocio de consumo. Un ser humano ineludiblemente educado para el consumo de entretenimiento comerciales. Un ser humano inútil para si mismo y vacio de si mismo. Desacostrumbrado a la soledad, el silencio y el autoconocimiento. Nunca le dejaron tiempo para aprender esto y nunca le animaron a hacerlo. Aprendió a hacer filas, a callar, a estudiar lo que le mandaban y a repetirlo para no ser suspendido, a obedecer a ciegas las normas sean o no justas, a no contestar al que tiene la autoridad, a hacer lo que “toca” y a gastar su escaso tiempo libre en ver la tele o en ir comprar cosas que le hagan sentirse un poco “especial”.

La reforma de la Educación que propone Gatto pasa por devolver a los niños y a sus familias el derecho, la responsabilidad y el control del tiempo educativo. La escuela no puede separar a los hijos de sus padres, sino ser un apoyo para la labor de aprendizaje que el propio educando realiza con el acompañamiento de los padres, pero nunca marcando tiempos fijos ni contenidos cerrados obligatorios que ocupen, además, la mayoría del día de un niño. Asimismo, propone que el aprendizaje salga de las aulas cerradas y se imbrique en la vida real, con experiencias reales y marcando su propio itinerario en cada caso.

En realidad nos cuesta creer que este cambio es posible, acostumbrados como estamos a aceptar acríticamente que no hay otras soluciones viables que las que nos han sido dadas, sumisos con los “expertos” que tienen razón e incapaces de resistir a la autoridad establecida y sus normativas. Metidos en el sistema desde pequeñitos. No es culpa nuestra, fuimos al colegio también y nos enseñaron a obedecer al que manda y al que sabe, a no salirnos de la fila por miedo a ser castigados. ¿Como vamos a creer que el sistema es un fracaso, que los “expertos” no tienen razón y que nos tienen que escuchar para reconstruirlo desde cero?

Esto es lo que Gatto explica sobre esta cuestión:


Nuestro mayor problema en lograr que este tipo de pensamiento popular pueda reformar la escolarización es que tenemos muchos intereses creados bloqueando de antemano estos esfuerzos, sacando provecho de la escolarización tal cual es, a pesar de que su vacía retórica pueda declamar lo opuesto.

Tenemos que exigir que nuevas voces y nuevas ideas sean escuchadas, mis ideas y las de ustedes.

Ya hemos tenido un amplio repertorio de voces autorizadas, divulgadas ampliamente en la prensa escrita y la televisión – una década de debate para todos es lo que se necesita ahora, no más opiniones de “expertos”.

Pero ¿es tan culpable como Gatto señala la escolarización en este resultado? Lo veremos en el próximo tema, en el que explicaremos como Gatto dejó su profesión de maestro poco después de recibir este premio y se dedicó a desarrollar las alternativas que propone.


Fuente: http://www.pequesymas.com/educacion-primaria/la-verdad-es-que-las-escuelas-no-ensenan-nada-excepto-a-obedecer-ordenes

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