viernes, 2 de octubre de 2009

Del epílogo del libro "El Tao de la Física"


Del epílogo del libro "El Tao de la Física"



"¿Estará la ciencia moderna, con toda su sofisticada maquinaria, simplemente redescu­briendo la antigua sabiduría, conocida por los sabios orienta­les desde hace miles de años? En consecuencia. ¿deberían abandonar los físicos el método científico y ponerse a medi­tar? ¿Podría darse una influencia mutua entre la ciencia y el misticismo, tal vez incluso una síntesis?

En mi opinión la respuesta a todas estas preguntas es un rotundo "no". Creo que la ciencia y el misticismo son dos manifestaciones complementarias de la mente humana, de sus facultades racionales e intuitivas.

El físico moderno experimenta el mundo a través de una enorme especialización de la mente racional; el místico gra­cias a una enorme especialización de la mente intuitiva. Ambos enfoques son totalmente diferentes e implican mucho más que una visión determinada del mundo físico. Sin embar­go, son complementarios, cono hemos aprendido a decir en física. Ni uno está comprendido en el otro, ni puede ninguno de ellos reducirse al otro, sino que ambos son necesarios y se complementan mutuamente para darnos una comprensión más completa del mundo. Parafraseando un antiguo prover­bio chino podemos decir que los místicos comprenden las raíces del Tao, pero no sus ramas; los científicos comprenden sus ramas, pero no sus raíces. La ciencia no necesita del mis­ticismo y el misticismo no necesita de la ciencia; pero el hombre sí necesita de ambos. La experiencia mística es nece­saria para comprender la naturaleza más profunda de las cosas, y la ciencia es esencial para la vida moderna. Lo que necesitamos entonces, no es una síntesis, sino una interac­ción dinámica entre la intuición mística y el análisis científi­co."

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