Por Krisaltis-Crisaltis
Mucho se habla acerca de la ciencia como una nueva fuente de percepciones acerca de la realidad. Pasando por la incertidumbre de Heisenberg hasta el famoso 10% cerebral, desde la relatividad de Einstein hasta el relativismo en el pensamiento. Quien escribe por mucho tiempo creyó que muchas de las cosas que se dicen por ahí sobre medicina cuántica o explicaciones espiritistas a partir de la Física o alguna otra ciencia eran reales. Sin embargo, llevado por la misma curiosidad que me condujo a conocer acerca de la Física Cuántica y demás cuestiones, es que se me ocurrió preguntarme a mí mismo sobre las mismas fuentes de todo esto. Después de todo, naturalmente quería conocer de dónde surgen. Es entonces que a partir de esa inquietud decidí buscar por mí mismo la fuente, y el resultado de esto es lo que en este artículo daré a conocer, junto con algunas reflexiones, para que quien tenga las mismas inquietudes pueda, quizá, encontrar algunas respuestas a sus preguntas.
El principio de incertidumbre de Heisenberg
Mucho se ha hablado acerca de este principio, explicaciones que van desde que puede fundamentar la incertidumbre en las decisiones, hasta la de explicar que la mente del observador influye en lo que se hace. Antes de emitir algún juicio, hay que empezar por conocerlo, he aquí (a riesgo de que pueda parecerles un poco aburrido):
¿En qué idioma está? No se preocupen, no es un idioma extraterrestre, no, sino la ecuación del principio de incertidumbre. ¿Cómo esto se relaciona con lo de que uno influye en la materia que trata? Para empezar, este principio se refiere acerca de la posición y movimiento de una partícula subatómica, que no se puede calcular ambos a la vez, por eso hay incertidumbre en uno u otro, pero no en ambos a la vez. Se trata del mundo, sí, pero del mundo subatómico. La terminología científica puede ser engañosa a veces, ya que al decir “mundo” cualquiera puede pensar que se trata hasta de la psicología, pero no es tan así, sino solo de los procesos y acontecimientos del mundo atómico y subatómico.
Pero como este artículo no es de Física exactamente, sino de cómo surgen algunos conceptos a partir de esta ciencia, proseguiremos con las inquietudes. Pues bien, en ningún momento de la ecuación hay un señalamiento acerca de que el sujeto influye en la materia (como para suponer una medicina cuántica por ejemplo). Esa “h” en la ecuación no significa más que la constante de Planck. De esto también se habrá escuchado, y su valor usual es como sigue:
Uno puede ver que la Física Cuántica real no trata acerca de fórmulas mágicas (ya sé que lo de arriba parece de otra dimensión) para recitar y de pronto algo aparece, tampoco de decidir si mañana o pasado se ganará la lotería, sino que es más que nada del mundo subatómico, millones de veces más pequeño que una manzana. De esto se deduce que tampoco puede fundamentarse el libre albedrío a partir de allí, porque las acciones humanas se basan en ciertas normas y leyes que se cumplen normalmente, lo que mayormente puede ser predecible, sino mírese cómo los políticos u oradores logran que sus adeptos crean casi cualquier cosa. En cambio, este principio trata de una incertidumbre en cuanto, o a la velocidad o a la posición de la partícula subatómica. En otras palabras, la ecuación matemática del principio de incertidumbre de Heisenberg desmiente el hecho de que uno pueda manipular la materia, poder curarse o enfermarse por cierta predisposición mental (que más se debería a otras causas) o generar medicina cuántica. Entonces, si esto es así, ¿de dónde sacan otros que la cuántica fundamenta otras cuestiones llamadas espirituales?
La relatividad de Einstein
Ésta es otra de las cuestiones que tanto se ha hecho conocida. Usualmente la respuesta más común cuando hay pensamientos que pueden cuestionar otros es el decir que todo es relativo, y que para eso está la demostración de Albert Einstein. Pero, ¿qué tan cierta es ésta relatividad? ¿Sabía usted que existen dos clases de relatividad enunciadas, la relatividad especial y la relatividad general –ésta habla sobre la curvatura del espacio-tiempo y demás-? Para el propósito de este segmento se hablará de la Teoría de la Relatividad especial, ya que es la que interesa. En esta ecuación existe una constante universal, lo que no suele mencionarse cuando se habla de relativismo en el pensamiento –de por sí el hecho mismo de decir que “todo es relativo” ya es algo fijo-, y es que la velocidad de la luz es invariable. La ecuación matemática para esto es demasiada complicada, y el propósito de este breve texto no es enseñar matemáticas sino esclarecer un poco todos estos temas cuya reflexión más profunda suele pasarse por alto. Las consecuencias de la teoría de la relatividad señalan que una distancia medida hecha desde un punto inmóvil es diferente si se hace desde uno móvil, y que lo mismo sucede para medir intervalos de tiempo (y eso de que el tiempo viaja más lento cuando se está en movimiento, no se crea que uno será más joven por viajar en autos de carreras, ya que esto sólo se aplica a velocidades cercanas a la de la luz, que es de 300.000 kilómetros por segundo) Asimismo, de esta relatividad se produce la siguiente ecuación más familiar para todos:
Ahora, ¿cómo pasar de esta explicación a que todo en el pensamiento y en la existencia entera es relativo? Lo que Einstein postulaba era acerca de los puntos de referencia y la velocidad de la luz como constante universal, ¿de dónde surge el otro relativismo? Y hay que resaltar que esa “C” Einstein lo entendía como velocidad de la luz, y no de otra manera, sino lo hubiera dejado expresado en algún otro documento porque se trata de algo de suma importancia –puede parecer un poco extraño hacer este énfasis, pero es importante hacerlo ya que hay quienes dicen que se refería a otra cosa, y que porque todo es relativo, haciendo alusión a la misma teoría de la relatividad, nunca se sabrá.
El 10% cerebral (o 30% para otros)
Éste es otro de los argumentos que suelen emplearse al momento de hablar del potencial humano, la existencia de una limitada capacidad propia, que en el caso de poder expandirse, explicarían sucesos como la telepatía o diversas cuestiones. Visto sin ponerlo en duda suena muy esperanzador, el que pueda alcanzarse mayor uso del cerebro para beneficios diversos. Esto vende bastante, porque se juega con las emociones de las personas, a cualquiera le gustaría aumentar sus propias capacidades. Este mito se originó cuando un escritor de libros de autoyuda, que no era científico, Dale Carneige, quien pensó que al referirse al uso de una fracción del cerebro, no se emplea el 100%, de modo que solo se usaría el 10%. Para quien quiera saber el nombre de su libro, es “How to Win Friends and Influence People”. Incluso un personaje conocido como Albert Einstein pensó que era así, pero como se sabe, el ser especialista en un campo no significa serlo en otro campo de estudio (un futbolista puede opinar de medicina pero no significa que sea médico y recete medicinas).
La realidad es distinta, puesto que los estudios de resonancia magnética demuestran que de hecho sí se usa el cerebro en su plenitud, pero por partes. Para hacerlo más sencillo, es como si al usar una computadora en un momento se usan las teclas, luego el mouse, a veces el scanner y en otras ocasiones la impresora. Todo está conectado pero con un uso diferente por cada propósito. El neurocientífico Barry L. Beyerstein señala que si no hay un uso del 90% cerebral, entonces una lesión en el cerebro no representaría mayor daño para la persona; sin embargo, se sabe que un leve daño puede causar disfunciones cerebrales. Y así, muchas evidencias al respecto pueden encontrarse, que están a la mano de cualquiera, si tan solo se dedica uno un par de horas a su búsqueda.
Teoría, ¿puras palabras o algo concreto?
Otra de las cosas que mayormente se hace alusión es la de teoría. Teoría tiene varias significaciones, y una de ellas, en efecto, tiene que ver con especulaciones, pero este significado está fuera del campo científico. El problema es que el uso de lenguaje técnico con el ordinario se asemeja mucho, hay bastantes sinónimos, como cuando en Física Cuántica se habla de mundo, se refiere no al mundo psicológico o animal, sino al de la Física, de las partículas subatómicas, nada que ver con sociedades o culturas. Lo mismo sucede con la palabra teoría, en ciencia significa un conjunto ordenado de leyes y postulados que dan explicación coherente de ciertos sucesos. Esto es, que ha sido contrastado, por tanto nada tiene que ver con una mera especulación como muchas veces se escucha, en frases como: “la ciencia está llena de puras teorías”.
Por supuesto, si uno no sabe que teoría científica es algo bien estructurado, podría pensar que la ciencia no tiene nada claro, de ser así, entonces todos los avances tecnológicos producto de esas mismas teorías no tendrían mucho sentido. Teoría en ciencia significa algo en concreto, un modo organizado, a partir de leyes –porque hasta la hipótesis científica no surge de la nada, sino que ha de estar en sintonía con las leyes establecidas-, de explicar ciertos acontecimientos. Eso sí, la ciencia no pretende saberlo todo, eso sería religión, dogma.
Diferencia fundamental entre ciencia y mística
De lo expuesto hasta ahora podría decirse más, pero se ha escogido algunos ejemplos paradigmáticos para dar a entender que muchas veces las cosas que se escuchan o ven, por más entusiasmo que puedan generar, a veces no son siempre así. Bueno sería si haya entusiasmo pero a sabiendas de que se trata de algo que no ha sido malinterpretado del todo. Hay muchas cosas en ciencia que podría parecer que está dando un piso sólido a la espiritualidad, pero entonces se recurriría a una contradicción. A saber, la ciencia, como se dijo, no pretende saberlo todo, y por tanto está constantemente descubriendo cosas. Los cambios de visión en las cosas no significan que un día lo que se ha entendido de algo deje de ser falso cuando se vea que hay algo más. De hecho, por ejemplo en Física, los postulados de la Física Clásica aún se mantienen vigentes en su campo de estudio, pero ahora se sabe que en Física Cuántica hay otra clase de leyes y ese mundo subatómico funciona muy distinto. Solo imagínese si un día se descubre una nueva clase de Física que no hace más que reafirmas la Física Clásica, o incluso el modelo mecanicista, ¿eso significa que el ser humano es como una máquina y que su biología deba ser pensada como tal? Por supuesto que no, porque independiente de si se descubre algo en el futuro en el campo subatómico, el ser humano es demasiado complejo para que solo pueda ser considerado como autómata –aunque a veces pareciera que sí.
El asunto es, la experiencia mística seguirá expresándose como lo ha estado haciendo, sin embargo, lo que dice la Física podrá cambiarse, no porque haya estado equivocada, sino porque mientras más se indaga, se da con que hay diferentes niveles de organización dentro de la realidad, todos interconectados porque se trata de la misma realidad total al fin de al cabo, pero no significa que uno ya explique al otro. La espiritualidad puede explicarse por sí misma, la aparente necesidad que hay de tratar de basar todo en cuestiones científicas se ha vuelto un hábito. El complejo de creer que la ciencia lo sabe todo y es arrogante se ha vuelto al revés, ahora todos quieren comprobar sus cuestiones místicas en la ciencia. Esa inseguridad de pensar que si no es científico es falso aún está dentro de muchos, oculto, en su interior, y se refleja en ese querer hacer ciertos paralelismos para saltar a declarar que, en efecto, hay semejanzas. Este escrito no pretende negar el mundo espiritual, para nada, sino saber que cada campo tiene su lugar. Un átomo no puede explicar, por ejemplo, por qué existe la poesía en las personas. Incluso el libre albedrío –como ya se hizo mención- es más predecible en los humanos que el tratar de usar cálculos probabilísticos acerca de una partícula subatómica para saber su momento y velocidad a la vez, en ese caso si se piensa que la ciencia fundamenta lo humano –en el sentido de explicar lo psicológico- la Física Clásica sería la más apropiada en ese caso.
El problema está en que de los paralelismos o de las analogías –que significa comparación pero no explicación directa- que pueden haber entre ciencia y espiritualidad, se trata de hacer todo un universo descriptivo para que al final uno piense que, en efecto, se fundamenta uno y otro. Luego salen miles de libros, videos y diversos objetos de consumo para hacer sentir a la persona que ya hay bases sólidas para el mundo espiritual en que se vive. Me pregunto, ¿es espiritual depender de lo que diga la ciencia para practicar la espiritualidad?
El principio de incertidumbre de Heisenberg
Mucho se ha hablado acerca de este principio, explicaciones que van desde que puede fundamentar la incertidumbre en las decisiones, hasta la de explicar que la mente del observador influye en lo que se hace. Antes de emitir algún juicio, hay que empezar por conocerlo, he aquí (a riesgo de que pueda parecerles un poco aburrido):
¿En qué idioma está? No se preocupen, no es un idioma extraterrestre, no, sino la ecuación del principio de incertidumbre. ¿Cómo esto se relaciona con lo de que uno influye en la materia que trata? Para empezar, este principio se refiere acerca de la posición y movimiento de una partícula subatómica, que no se puede calcular ambos a la vez, por eso hay incertidumbre en uno u otro, pero no en ambos a la vez. Se trata del mundo, sí, pero del mundo subatómico. La terminología científica puede ser engañosa a veces, ya que al decir “mundo” cualquiera puede pensar que se trata hasta de la psicología, pero no es tan así, sino solo de los procesos y acontecimientos del mundo atómico y subatómico.
Pero como este artículo no es de Física exactamente, sino de cómo surgen algunos conceptos a partir de esta ciencia, proseguiremos con las inquietudes. Pues bien, en ningún momento de la ecuación hay un señalamiento acerca de que el sujeto influye en la materia (como para suponer una medicina cuántica por ejemplo). Esa “h” en la ecuación no significa más que la constante de Planck. De esto también se habrá escuchado, y su valor usual es como sigue:
Uno puede ver que la Física Cuántica real no trata acerca de fórmulas mágicas (ya sé que lo de arriba parece de otra dimensión) para recitar y de pronto algo aparece, tampoco de decidir si mañana o pasado se ganará la lotería, sino que es más que nada del mundo subatómico, millones de veces más pequeño que una manzana. De esto se deduce que tampoco puede fundamentarse el libre albedrío a partir de allí, porque las acciones humanas se basan en ciertas normas y leyes que se cumplen normalmente, lo que mayormente puede ser predecible, sino mírese cómo los políticos u oradores logran que sus adeptos crean casi cualquier cosa. En cambio, este principio trata de una incertidumbre en cuanto, o a la velocidad o a la posición de la partícula subatómica. En otras palabras, la ecuación matemática del principio de incertidumbre de Heisenberg desmiente el hecho de que uno pueda manipular la materia, poder curarse o enfermarse por cierta predisposición mental (que más se debería a otras causas) o generar medicina cuántica. Entonces, si esto es así, ¿de dónde sacan otros que la cuántica fundamenta otras cuestiones llamadas espirituales?
La relatividad de Einstein
Ésta es otra de las cuestiones que tanto se ha hecho conocida. Usualmente la respuesta más común cuando hay pensamientos que pueden cuestionar otros es el decir que todo es relativo, y que para eso está la demostración de Albert Einstein. Pero, ¿qué tan cierta es ésta relatividad? ¿Sabía usted que existen dos clases de relatividad enunciadas, la relatividad especial y la relatividad general –ésta habla sobre la curvatura del espacio-tiempo y demás-? Para el propósito de este segmento se hablará de la Teoría de la Relatividad especial, ya que es la que interesa. En esta ecuación existe una constante universal, lo que no suele mencionarse cuando se habla de relativismo en el pensamiento –de por sí el hecho mismo de decir que “todo es relativo” ya es algo fijo-, y es que la velocidad de la luz es invariable. La ecuación matemática para esto es demasiada complicada, y el propósito de este breve texto no es enseñar matemáticas sino esclarecer un poco todos estos temas cuya reflexión más profunda suele pasarse por alto. Las consecuencias de la teoría de la relatividad señalan que una distancia medida hecha desde un punto inmóvil es diferente si se hace desde uno móvil, y que lo mismo sucede para medir intervalos de tiempo (y eso de que el tiempo viaja más lento cuando se está en movimiento, no se crea que uno será más joven por viajar en autos de carreras, ya que esto sólo se aplica a velocidades cercanas a la de la luz, que es de 300.000 kilómetros por segundo) Asimismo, de esta relatividad se produce la siguiente ecuación más familiar para todos:
E = MC2
Energía es igual a la Masa por la Velocidad de la luz al cuadrado
Ahora, ¿cómo pasar de esta explicación a que todo en el pensamiento y en la existencia entera es relativo? Lo que Einstein postulaba era acerca de los puntos de referencia y la velocidad de la luz como constante universal, ¿de dónde surge el otro relativismo? Y hay que resaltar que esa “C” Einstein lo entendía como velocidad de la luz, y no de otra manera, sino lo hubiera dejado expresado en algún otro documento porque se trata de algo de suma importancia –puede parecer un poco extraño hacer este énfasis, pero es importante hacerlo ya que hay quienes dicen que se refería a otra cosa, y que porque todo es relativo, haciendo alusión a la misma teoría de la relatividad, nunca se sabrá.
El 10% cerebral (o 30% para otros)
Éste es otro de los argumentos que suelen emplearse al momento de hablar del potencial humano, la existencia de una limitada capacidad propia, que en el caso de poder expandirse, explicarían sucesos como la telepatía o diversas cuestiones. Visto sin ponerlo en duda suena muy esperanzador, el que pueda alcanzarse mayor uso del cerebro para beneficios diversos. Esto vende bastante, porque se juega con las emociones de las personas, a cualquiera le gustaría aumentar sus propias capacidades. Este mito se originó cuando un escritor de libros de autoyuda, que no era científico, Dale Carneige, quien pensó que al referirse al uso de una fracción del cerebro, no se emplea el 100%, de modo que solo se usaría el 10%. Para quien quiera saber el nombre de su libro, es “How to Win Friends and Influence People”. Incluso un personaje conocido como Albert Einstein pensó que era así, pero como se sabe, el ser especialista en un campo no significa serlo en otro campo de estudio (un futbolista puede opinar de medicina pero no significa que sea médico y recete medicinas).
La realidad es distinta, puesto que los estudios de resonancia magnética demuestran que de hecho sí se usa el cerebro en su plenitud, pero por partes. Para hacerlo más sencillo, es como si al usar una computadora en un momento se usan las teclas, luego el mouse, a veces el scanner y en otras ocasiones la impresora. Todo está conectado pero con un uso diferente por cada propósito. El neurocientífico Barry L. Beyerstein señala que si no hay un uso del 90% cerebral, entonces una lesión en el cerebro no representaría mayor daño para la persona; sin embargo, se sabe que un leve daño puede causar disfunciones cerebrales. Y así, muchas evidencias al respecto pueden encontrarse, que están a la mano de cualquiera, si tan solo se dedica uno un par de horas a su búsqueda.
Teoría, ¿puras palabras o algo concreto?
Otra de las cosas que mayormente se hace alusión es la de teoría. Teoría tiene varias significaciones, y una de ellas, en efecto, tiene que ver con especulaciones, pero este significado está fuera del campo científico. El problema es que el uso de lenguaje técnico con el ordinario se asemeja mucho, hay bastantes sinónimos, como cuando en Física Cuántica se habla de mundo, se refiere no al mundo psicológico o animal, sino al de la Física, de las partículas subatómicas, nada que ver con sociedades o culturas. Lo mismo sucede con la palabra teoría, en ciencia significa un conjunto ordenado de leyes y postulados que dan explicación coherente de ciertos sucesos. Esto es, que ha sido contrastado, por tanto nada tiene que ver con una mera especulación como muchas veces se escucha, en frases como: “la ciencia está llena de puras teorías”.
Por supuesto, si uno no sabe que teoría científica es algo bien estructurado, podría pensar que la ciencia no tiene nada claro, de ser así, entonces todos los avances tecnológicos producto de esas mismas teorías no tendrían mucho sentido. Teoría en ciencia significa algo en concreto, un modo organizado, a partir de leyes –porque hasta la hipótesis científica no surge de la nada, sino que ha de estar en sintonía con las leyes establecidas-, de explicar ciertos acontecimientos. Eso sí, la ciencia no pretende saberlo todo, eso sería religión, dogma.
Diferencia fundamental entre ciencia y mística
De lo expuesto hasta ahora podría decirse más, pero se ha escogido algunos ejemplos paradigmáticos para dar a entender que muchas veces las cosas que se escuchan o ven, por más entusiasmo que puedan generar, a veces no son siempre así. Bueno sería si haya entusiasmo pero a sabiendas de que se trata de algo que no ha sido malinterpretado del todo. Hay muchas cosas en ciencia que podría parecer que está dando un piso sólido a la espiritualidad, pero entonces se recurriría a una contradicción. A saber, la ciencia, como se dijo, no pretende saberlo todo, y por tanto está constantemente descubriendo cosas. Los cambios de visión en las cosas no significan que un día lo que se ha entendido de algo deje de ser falso cuando se vea que hay algo más. De hecho, por ejemplo en Física, los postulados de la Física Clásica aún se mantienen vigentes en su campo de estudio, pero ahora se sabe que en Física Cuántica hay otra clase de leyes y ese mundo subatómico funciona muy distinto. Solo imagínese si un día se descubre una nueva clase de Física que no hace más que reafirmas la Física Clásica, o incluso el modelo mecanicista, ¿eso significa que el ser humano es como una máquina y que su biología deba ser pensada como tal? Por supuesto que no, porque independiente de si se descubre algo en el futuro en el campo subatómico, el ser humano es demasiado complejo para que solo pueda ser considerado como autómata –aunque a veces pareciera que sí.
El asunto es, la experiencia mística seguirá expresándose como lo ha estado haciendo, sin embargo, lo que dice la Física podrá cambiarse, no porque haya estado equivocada, sino porque mientras más se indaga, se da con que hay diferentes niveles de organización dentro de la realidad, todos interconectados porque se trata de la misma realidad total al fin de al cabo, pero no significa que uno ya explique al otro. La espiritualidad puede explicarse por sí misma, la aparente necesidad que hay de tratar de basar todo en cuestiones científicas se ha vuelto un hábito. El complejo de creer que la ciencia lo sabe todo y es arrogante se ha vuelto al revés, ahora todos quieren comprobar sus cuestiones místicas en la ciencia. Esa inseguridad de pensar que si no es científico es falso aún está dentro de muchos, oculto, en su interior, y se refleja en ese querer hacer ciertos paralelismos para saltar a declarar que, en efecto, hay semejanzas. Este escrito no pretende negar el mundo espiritual, para nada, sino saber que cada campo tiene su lugar. Un átomo no puede explicar, por ejemplo, por qué existe la poesía en las personas. Incluso el libre albedrío –como ya se hizo mención- es más predecible en los humanos que el tratar de usar cálculos probabilísticos acerca de una partícula subatómica para saber su momento y velocidad a la vez, en ese caso si se piensa que la ciencia fundamenta lo humano –en el sentido de explicar lo psicológico- la Física Clásica sería la más apropiada en ese caso.
El problema está en que de los paralelismos o de las analogías –que significa comparación pero no explicación directa- que pueden haber entre ciencia y espiritualidad, se trata de hacer todo un universo descriptivo para que al final uno piense que, en efecto, se fundamenta uno y otro. Luego salen miles de libros, videos y diversos objetos de consumo para hacer sentir a la persona que ya hay bases sólidas para el mundo espiritual en que se vive. Me pregunto, ¿es espiritual depender de lo que diga la ciencia para practicar la espiritualidad?
2 comentarios:
Muchas veces los científicos hacen analogías para explicar mejor los fenómenos cuánticos, ponen como ejemplo que un reo que golpea la pared de su celda, en un momento dado atraviesa la pared, o por ejemplo una aparece y desaparece, o un auto que se circula por todas las carreteras de la ciudad y en todos sentidos al mismo tiempo, hasta que un agente de transito lo multa se colapsa en uno.
estos son solo ejemplos ilustrativos que ayudan a visualizar lo que ocurren en el mundo cuentico de las partículas.
Lo negativo es que muchos despistados que tienen necesidad de creer en la metafísica, o esoterismo, budismo, y hasta brujería ven estas analogías y se confunden creyendo que ya los científicos están comprobando los milagros.
y para colmo hay científicos que están afiliados a algún movimiento de la nueva era, ya sea por ser discípulos incondicionales de algún guru, o son simplemente religiosos hindúes como Deep Pack Copra, confunden aun mas a la gente.
De manera que ahora ha nacido una Pseudo-fisica cuantica, o Metafísica cuántica
Es el ultimo producto de la pseudo-ciencia
Saludos y gracias por participar en el blog. Estoy de acuerdo con su comentario, no le podría agregar más ya que usted lo expone de modo preciso y claro.
Hasta entonces!
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