sábado, 12 de diciembre de 2020

‘WTF?’: Los círculos fantasmales recién descubiertos en el cielo no pueden ser explicados por las teorías actuales, y los astrónomos están emocionados

 

‘WTF?’: Los círculos fantasmales recién descubiertos en el cielo no pueden ser explicados por las teorías actuales, y los astrónomos están emocionados

OPINIÓN: En septiembre de 2019, mi colega Anna Kapinska hizo una presentación en la que mostraba objetos interesantes que había encontrado mientras navegaba por nuestros nuevos datos radioastronómicos. Había comenzado a notar formas muy extrañas que no podía encajar fácilmente en ningún tipo de objeto conocido.

Entre ellos, etiquetados por Anna como WTF?, era una imagen de un círculo fantasmal de emisión de radio, colgando en el espacio como un anillo de humo cósmico. Ninguno de nosotros había visto algo así antes, y no teníamos idea de qué era. Unos días después, nuestro colega Emil Lenc encontró un segundo, incluso más espeluznante que el de Anna.

Anna y Emil habían estado examinando las nuevas imágenes de nuestras observaciones piloto para el Mapa evolutivo del universo (UEM) proyecto, hecho con el revolucionario nuevo CSIRO Telescopio Australian Square Kilometer Array Pathfinder (ASKAP).

EMU planea sondear audazmente partes del Universo donde ningún telescopio ha llegado antes. Puede hacerlo porque ASKAP puede examinar grandes franjas del cielo muy rápidamente, sondeando a una profundidad que antes solo se alcanzaba en áreas diminutas del cielo y siendo especialmente sensible a objetos tenues y difusos como estos.

Predije un un par de años atrás esta exploración de lo desconocido probablemente haría descubrimientos inesperados, que llamé WTF. Pero ninguno de nosotros esperaba descubrir algo tan inesperado, tan rápido. Debido a los enormes volúmenes de datos, esperaba que los descubrimientos se hicieran mediante el aprendizaje automático. Pero estos descubrimientos se hicieron con una buena mirada a la antigua.

El ORC1 fantasmal (fuzz azul / verde), sobre un fondo de galaxias en longitudes de onda ópticas. Hay una galaxia naranja en el centro del ORC, pero no sabemos si es parte del ORC o simplemente una coincidencia casual.

Caza ORC

Nuestro equipo buscó a ojo el resto de los datos y encontramos algunas más de las misteriosas manchas redondas. Los llamamos ORC, que significa “círculos de radio extraños”. Pero la gran pregunta, por supuesto, es: “¿qué son?”

Al principio sospechamos un artefacto de imagen, quizás generado por un error de software. Pero pronto confirmamos que son reales, utilizando otros radiotelescopios. Todavía no tenemos idea de lo grandes o lejanos que son. Podrían ser objetos en nuestra galaxia, tal vez de unos pocos años luz de diámetro, o podrían estar muy lejos en el Universo y tal vez millones de años luz de diámetro.

Cuando miramos en imágenes tomadas con telescopios ópticos en la posición de los ORC, no vemos nada. Los anillos de emisión de radio probablemente son causados ​​por nubes de electrones, pero ¿por qué no vemos nada en longitudes de onda de luz visibles? No lo sabemos, pero encontrar un rompecabezas como este es el sueño de todo astrónomo.

Sabemos lo que no son

Hemos descartado varias posibilidades de lo que podrían ser los ORC.

Podrían ser restos de supernova, las nubes de escombros que quedan cuando explota una estrella en nuestra galaxia? No. Están lejos de la mayoría de las estrellas de la Vía Láctea y hay demasiadas.

¿Podrían ser los anillos de emisión de radio que a veces se ven en galaxias que experimentan intensos estallidos de formación estelar? De nuevo, no. No vemos ninguna galaxia subyacente que albergue la formación estelar.

¿Podrían ser los lóbulos gigantes de emisión de radio que vemos en radiogalaxias, causado por chorros de electrones que brotan de los alrededores de un agujero negro supermasivo? No es probable, porque los ORC son claramente circulares, a diferencia de las nubes enmarañadas que vemos en las radiogalaxias.

Podrían ser Anillos de Einstein, ¿en qué ondas de radio de una galaxia distante se están doblando en un círculo por el campo gravitacional de un grupo de galaxias? Aún no. Los ORC son demasiado simétricos y no vemos un grupo en su centro.

Un verdadero misterio

En nuestro papel sobre los ORC, que se publicará en el Publicaciones de la Sociedad Astronómica de Australia, revisamos todas las posibilidades y concluimos que estas enigmáticas manchas no se parecen a nada que ya conozcamos.

Así que necesitamos explorar cosas que podrían existir pero que aún no se han observado, como una gran onda de choque de alguna explosión en una galaxia distante. Tales explosiones pueden tener algo que ver con ráfagas de radio rápidas, o la estrella de neutrones y las colisiones de agujeros negros que generan ondas gravitacionales.

O tal vez sean algo completamente diferente. Dos científicos rusos incluso sugirió Los ORC podrían ser las “gargantas” de los agujeros de gusano en el espacio-tiempo.

De los pocos que hemos encontrado hasta ahora, estimamos que hay alrededor de 1000 ORC en el cielo. Mi colega Bärbel Koribalski señala que la búsqueda está en marcha, con telescopios en todo el mundo, para encontrar más ORC y comprender su causa.

Es un trabajo complicado, porque los ORCS son muy débiles y difíciles de encontrar. Nuestro equipo está haciendo una lluvia de ideas sobre todas estas ideas y más, esperando el momento eureka en el que uno de nosotros, o quizás alguien más, de repente tenga el destello de inspiración que resuelva el rompecabezas.

Es un momento emocionante para nosotros. La mayor parte de la investigación astronómica tiene como objetivo refinar nuestro conocimiento del Universo o probar teorías. Muy pocas veces nos enfrentamos al desafío de tropezar con un nuevo tipo de objeto que nadie ha visto antes y tratar de averiguar qué es.

¿Es un fenómeno completamente nuevo o algo que ya conocemos pero visto de una manera extraña? Y si realmente es completamente nuevo, ¿cómo cambia eso nuestra comprensión del Universo? ¡Mira este espacio!

Ray Norris es profesor en la Facultad de Ciencias de Universidad de Western Sydney

Este artículo se vuelve a publicar desde La conversación bajo una licencia Creative Commons. Leer el artículo original.

Fuente: https://www.notiulti.com/wtf-los-circulos-fantasmales-recien-descubiertos-en-el-cielo-no-pueden-ser-explicados-por-las-teorias-actuales-y-los-astronomos-estan-emocionados/?fbclid=IwAR3bF9CXNFzdnGV0AzpAVxUYntqs0NAv7jchIKf3qdqHxLRif_-zjAumIDo

miércoles, 27 de febrero de 2019

¡Hola mundo!
Luego de mucho tiempo regreso al blog. Mucho ha pasado desde la ultima publicación, sin embargo la investigación ha continuado como debe ser.

Busquen astrobiologia.pe !!

Saludos!

martes, 21 de julio de 2015

ENCUENTRO CIENTÍFICO INTERNACIONAL 2015i

ENCUENTRO CIENTÍFICO INTERNACIONAL 2015i

ASTROBIOLOGÍA (ASPAST) EN EL ENCUENTRO CIENTÍFICO INTERNACIONAL 2015i:
Ciencias Astrobiológicas
31 de julio del 2015
Auditorio de la Facultad de Medicina
Universidad Ricardo Palma
Organiza: Asociación Peruana de Astrobiología (ASPAST)
INGRESO LIBRE


jueves, 13 de febrero de 2014

Política sin políticos

Política sin políticos

¿Tu verdad?  No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla.La tuya, guárdatela.
-Antonio Machado
Políticos prácticos: moderna plaga de hombres que de nada entienden y de todo se apoderan, en ansia de mando y de lucro, estorbando la función de quienes ponen saber y virtud al servicio y ejemplo de la sociedad.
-Pedro Henríquez Ureña
But what is to be done when democratic politics is experienced as nonsense -as quite literally a theatre of the absurd, the play where nothing happens?  What is to be done when the practice of politics becomes transparently vacuous and farcical -reduced to deploying trite slogans and repetitive gibberish (“talking points”) to move demographic pieces into position at key places on the board (“battleground states”) so as to put a mark in the win column for the red or the blue team, with the consequence of nothing much changing? What is to be done when what was once considered the most human of activities becomes a “horse race”?  Our options, it seems, are to step back and lampoon this political burlesque, with its ludicrous caricatures and clichés, or to suspend thought and reflection and throw ourselves in as fan(atic)s.
-Steven Bilakovics
Se cumplió un año de la inauguración de la presente administración del Partido Popular, la cual logró volver a ser gobierno prometiendo distanciarse de las políticas y estilos de la pasada administración PNP. Frente a un gobierno casado con políticas neoliberales, enfermizamente mendaz, carente de transparencia y de estilos atropellados, el PPD logró prevalecer en las elecciones prometiendo que bajo su gobierno sería “primero la gente”, en una gestión de transparencia, verdad, diálogo y conciliación puertorriqueña. Lamentablemente, a tan solo un año del comienzo del nuevo gobierno, las esperanzas de cambio cifradas por muchos en los candidatos del PPD, se han esfumado.
Nuevamente se repite la historia. Una vez instaurados en el gobierno, vemos cómo los antiguos promotores del cambio usualmente comienzan a comportarse de formas similares a las que antes criticaban a sus opositores. Por ejemplo, la manera en que el gobierno impuso la reforma en el plan de retiro de los maestros, caracterizada por falta de diálogo y de transparencia, así como el adoptar procesos vacuos por mera formalidad (como las vistas públicas celebradas), deja mucho que desear. Pero si indignante resultó ver a quienes prometieron que la gente sería primero, descartar a la gente, igual de irritante resulta observar a los legisladores del PNP alentando a los manifestantes. Quienes ayer promovían tratar a “a patadas” a los opositores de sus políticas gubernamentales, hoy pretenden fungir de defensores de quienes protestan desde las gradas del Capitolio, aquellas que ellos en su día clausuraron.  Ese doble discurso de nuestros políticos de profesión, resulta realmente insultante.
Por ello, en muchas ocasiones, leer la prensa diaria se convierte en un ejercicio de auto-flagelación. Y si cuando cerramos el periódico, encendemos la radio o la televisión para escuchar algún programa de análisis noticioso de esos donde con regularidad entrevistan a políticos y funcionarios gubernamentales, pues ya estamos hablando de sacarnos el hígado y ponerlo a marinar en vinagre. Si a causa de esos hábitos masoquistas no nos insensibilizamos o se nos embota la inteligencia, entonces seguramente experimentaremos una mezcla de sentimientos y emociones oscuras, que fluctuarán entre diversos grados de frustración, ira, asco y temor. Y es que una cosa es mantener honestas opiniones divergentes sobre cómo enfrentar determinado problema, y otra muy distinta es mangonear la verdad y desvirtuar constantemente hechos ciertos. Ese cinismo de nuestra clase política, además de ser una descarada falta de respeto al país, se convierte en uno de los principales escollos a cualquier posibilidad de búsqueda inteligente de soluciones a nuestros problemas colectivos.
Personalmente, todavía no tengo claro qué me revienta más: si escuchar a tantos incompetentes queriéndoselas dar de conocedores, o a gente inteligente y bien preparada, haciéndose los desentendidos. Quizás da igual, pues al fin y al cabo se trata del mismo vicio, a saber: el continuo recurrir de las personas públicas a la demagogia y la mentira, para siempre tratar de justificar lo injustificable. Y es que, por regla general, nuestros políticos son sofistas profesionales.1 
Por regla general, para nuestros políticos todo es según el color del cristal con que se mira, y su trabajo consiste en meternos en los ojos lentes del pigmento que les convenga. El asunto es poder lucir bien ellos, pues todo lo demás es relativo. Lo valioso en sí mismo es el arte de convencer (o de engañar), según la controversia en cuestión y el lado de la cancha en que se encuentren jugando. Los valores y las referencias éticas, así como los hechos objetivos, son ajustados a la conveniencia circunstancial y necesidades prácticas del actor. Dice un refrán popular que dos más dos son cuatro, aunque lo diga un loco. Sin embargo, en boca de nuestros políticos de profesión, dos más dos son cinco, como las patas del gato. Todo ello, demostrando una indefendible doble moral, pragmática y oportunista. Doble moral, que de moral no tiene nada, pues el relativismo, en la medida en que promueve la sustitución de lo cierto por lo deseado, del valor por la conveniencia, y de lo objetivo por lo subjetivo; choca directamente contra la ética. De esa forma, la política electoralista se convierte para estos en un juego. Como bien reconoce el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Yale, Steven Bilakovics: “Elections, those most pivotal of liberal democratic moments, now comprise the “silly season,” during which people say the most preposterous things to gain the least competitive advantage.  And outside the electoral moment, “politics as usual” is cast as inane, at once a childish game divorced from reality and a fraud wherein opportunistic manoeuvres are (barely) disguised as reasoned arguments.2Tristemente, en Puerto Rico, “the silly season” nunca termina.
No obstante, advirtamos que el problema no es que nuestra clase política sea una ignorante de los más elementales conceptos éticos o morales. No, sus miembros suelen identificar con tremenda claridad y tino las más leves violaciones de cualquier estándar de moral pública, cuando el transgresor es un adversario político.  En relación con el adversario, nuestros políticos se convierten en eficaces sabuesos detectores de toda desviación en las normas de comportamiento correcto y prudente que cabe esperar de cualquier persona pública. El problema es que cuando se trata de sus propias actuaciones o las de sus correligionarios, entonces pierden la brújula, y pasan de inquisidores a intercesores. Si a usted no lo ciega el fanatismo, entonces seguramente lo indigna escucharlos condenar cotidianamente las transgresiones de los opositores, mientras trivializan iguales o peores conductas suyas y de sus correligionarios. Así, frescamente, sin empacho ni tapujos. Pareciera que antes de entrar a la cabina de cualquier estación radial, se limpian el fango de los zapatos utilizando de alfombra el pasaje bíblico de la paja en el ojo del hermano y la viga en el propio.
Tampoco es que estén desconectados de la realidad del país, o sean totalmente incapaces de ponderar cuáles acciones y medidas de gobierno resultan de beneficio para la mayoría del pueblo, a mediano y largo plazo.  Y es que, igual que con los principios, también juegan con los hechos y los datos, a conveniencia. De ese modo, lo que ayer era evidencia de severa crisis económica, se convierte en esperanzador indicador de repunte y progreso cuando son ellos quienes gobiernan. Mientras son oposición demuestran cierta ponderación y sensatez en sus posturas, y un dominio claro de las estadísticas de nuestro desastre nacional. No obstante, cuando pasan a ser gobierno, se empeñan en falsear la verdad, pretendiendo hacernos creer que vivimos en el reino mágico de Walt Disney. La propaganda oficialista sobre los éxitos de la gestión de la presente administración PPD el pasado año ofrece un claro ejemplo de ello. Y es que cambiarán los interlocutores, las imágenes y los énfasis, pero la mitomanía en torno al desempeño gubernamental usualmente termina convirtiéndose en la principal política de Estado de parte de quienes controlan el gobierno. Esa ha sido la experiencia general de nuestro pueblo durante las últimas décadas. Y no nos engañemos tratando de particularizar las administraciones por los distintos gobernadores de turno, porque independientemente de los nombres y apellidos de aquellos, de lo que se trata es de la alternancia en el gobierno de los mismos dos partidos políticos y sus respectivos grupos de control. Ello, a pesar de que cada nueva administración pretenda estrenarse al son de la canción popularizada por Daniel Santos con su “yo no sé nada, yo llegué ahora mismo, si algo pasó yo no estaba aquí”.
No pretendo argüir que la conducta anti-ética e inconsistente sea exclusiva de los políticos de profesión. Todos y todas estamos sujetos en alguna medida a caer en el vicio de pretender excusar en unos aquello que condenamos a otros. Todas y todos, por debilidad o imprudencia, somos susceptibles de obrar alguna vez en contra de lo que consideramos nuestros principios y convicciones. También somos dados a tapar una verdad y echar mano a una mentira para defendernos. El problema particular de los políticos de profesión es que debido la lógica del quehacer político-electoral, la mentira, la inconsistencia y la hipocresía terminan convirtiéndose, con contadas excepciones, en un modus operandi.
La doble moral de la clase política, más allá de ser producto de una debilidad o imprudencia pasajera, se torna en una forma de vida. Estos recurren tanto al engaño, a la demagogia y al relativismo ético, que a fin de cuentas se convierte en su forma de ser y de vivir. Y es que se trata de una “profesión” en la cual el trabajo de cada cual se encuentra continuamente amenazado y retado por las aspiraciones de otras y otros de ocupar la misma posición de poder desde un frente contrario. Ese reto incesante provoca que los miembros de la clase política, para poder mantener su acceso al poder, se vean siempre obligados a diferenciarse de esos otros y otras con los cuales viven en continua guerra. Y en efecto, se trata de una guerra (y no de una mera divergencia de criterios como suele darse en otros ámbitos del quehacer humano), porque en el caso de la clase política, lo que está precisamente en juego es el control de estructuras de poder. En esa arena parece no haber espacio para compartir y diferir armoniosamente (al menos no en público), pues se trata del juego de la silla musical, el verdadero “quítate tu pa’ ponerme yo”. Compiten por espacios excluyentes respecto de los cuales se gesta una cruda lucha de supervivencia de unas y otros frente a los adversarios. Por eso, como hemos mencionado en artículos anteriores, no conciben lugar a tregua a las gestiones del otro; porque la única victoria de unos y otras solo puede concretarse en función de la derrota de los contrarios. Así de simple. Y si en el proceso el país se descalabra, pues sencillamente se trata de un daño colateral, siempre y cuando puedan mantenerse jugando el juego del poder. Menudo daño colateral nos ha dejado esa guerra: la quiebra económica e institucional del país social y su incivilidad, en el sentido hostosiano del concepto.
Para los carreristas políticos, lo que resulta bueno para el país será adverso a ellos si se trata de una mejoría o una propuesta adjudicable a los opositores. Para tales, lo importante es hacer fracasar la gestión, o enterrar la propuesta del contrario, para tener así la oportunidad de hacerse con, o de aferrarse al, poder. Y es que en nuestra política deportiva, el éxito de tales profesionales no estriba en ninguna otra cosa que el conseguir ser electos o electas, por lo que toda otra consideración se torna secundaria y dependiente de la primera. Se trata de las habichuelas de su hogar. Ahí radica posiblemente la causa fundamental del pragmatismo y la doble moral de los políticos, pues el noble propósito de la política de generar el mayor bien común, termina siendo víctima de un modo de hacer política cuyo objetivo es causar el mayor daño posible a la gestión del adversario para garantizar la sobrevivencia propia. Y es que, en el fondo, no se trata de visiones de mundo distintas, ni de la lucha entre proyectos, ideologías o valores realmente contradictorios, sino de la mezquina lucha individual de cada cual para subsistir como políticos de profesión.3 De tal modo, en la actualidad, los términos político y cínico, parecen ser sinónimos. Citando nuevamente a Bilakovics:
[T]he practice of politics seems to be perceived as absurd as a sphere of human activity devoid of meaning and so undeserving of respect.  “Politics” is a game, both constituted and removed from reality by its idiosyncratic set of rules.  It can be played more or less fairly, to be sure, and it can be more or less dramatic and entertaining, but ultimately politics is something that is played.  And like any game, it seems bizarre, pointless, and sort of silly to the outside observer, even (or especially) when played for the highest of stakes.
Si aceptamos lo anterior, entonces tenemos que darnos cuenta de que ese sistema, mientras se mantenga funcionando de esa manera, nunca servirá de plataforma para el lanzamiento de alternativas reales de soluciones a los problemas del país. Primero, porque siempre primará el interés personal por sobre consideraciones del bienestar común; y segundo, porque será improbable llegar a acuerdos mínimos sobre cuál es la situación concreta del país, ya que la realidad siempre será relativa y subjetiva. Recordemos que se trata de una guerra, y como dijo Esquilo, “en toda guerra la primera víctima siempre es la verdad”.
Y como la mentira suele cabalgar al lomo del olvido, les invito a que recordemos las palabras pronunciadas por Alejandro García Padilla en su cierre de campaña:4
Nos unimos hoy para decirle no a la mentira, para desenmascarar, para defender al país en su identidad, para defender a la gente de los abusos y del atropello. Puerto Rico no merece lo que está viviendo, han sido 4 años de atropellos de los fuertes contra los débiles, de corrupción a favor de los listos, de los que quieren regresar a los tiempos en que unos pocos tenían mucho y los muchos tenían poco. Un cuatrienio de promesas incumplidas. … El que no dice la verdad, por definición miente. Compatriotas, puertorriqueños todos, un país no puede levantarse desde la mentira. Un país se levanta desde la verdad,  con entereza y con las manos limpias, sin cortar esquinas, cara a cara, sin máscaras ni diferencias. …Vamos a rescatar a Puerto Rico… para que los maestros tengan un salario digno. Vamos a rescatar a Puerto Rico porque somos conscientes de que si tenemos ingenieros, doctores y abogados es porque tenemos maestros en los salones de clase.  Vamos a rescatar a Puerto Rico para defender los derechos que han adquirido los trabajadores de este país… Rescatar a Puerto Rico requiere indignación, indignarse ante el abuso y ante el que abusa.
Definitivamente, esa clase política es incapaz de convertirse en el motor de los cambios urgentes que reclama el país. No podemos esperar que sean los políticos profesionales quienes provean soluciones a los graves problemas que confrontamos. Dentro de las entrañas de ese  sistema político partidista, toda proposición estará siempre contaminada por el veneno de la guerra de intereses individuales. Por ello, es imprescindible fortalecer y crear instituciones de la sociedad civil que coordinadamente sean capaces de desenmarañar la verdadera situación del país, presentarla como en realidad es, estudiarla, analizarla y trabajar en la producción de alternativas valientes, innovadoras, sensatas e inteligentes, pero sobre todo honestas; e imponérselas a esa clase política inamovible. A estas alturas, sentarnos a esperar  soluciones de los políticos constituye una grave irresponsabilidad civil. De tales solo cabe esperar, como bien señala la cita del ilustre pensador dominicano que sirve de introducción a esta columna, el que continúen siendo un estorbo a cualquier intento de la sociedad de trazar nuevos rumbos para el país. En sentido contrario, para los que luchan genuina y desinteresadamente en favor del bienestar común, la verdad es una aliada, pues el verdadero altruismo suele caminar de la mano de la humildad y la tolerancia.  Afortunadamente, el país cuenta con muchos y muchas que tienen el  talento, la capacidad y la voluntad necesarios para diseñar, mostrarnos y trabajar arduamente en esas nuevas alternativas. Están ahí, hablándonos por lo bajo, tirándonos insistentemente de los pantalones, apabulladas por el ruido de la garata política transmitida por los principales medios de desinformación.  Escuchémoslos.
  1. Los sofistas pertenecían a una escuela de pensamiento que en la antigua Grecia se enfrentaban a los filósofos en su predicar ético sobre la búsqueda de la verdad, argumentando que todo asunto, comportamiento o postura, incluyendo los más extremos, podían ser siempre objeto de justificación racional, si se sabían defender. Para los sofistas la verdad dependía del sujeto, esto es, de la interpretación y perspectiva de cada persona. El bien y el mal, lo verdadero y lo falso, dependen del punto de vista o de la opinión desde la que se evalúen. Por eso, se dedicaban a argumentar en el foro indistintamente a favor o en contra de cualquier proposición, solo a los fines de demostrar que todo era relativo y dependiente de cómo se justificara. Para estos no existía verdad ni principios superiores o absolutos. Utilizando los argumentos adecuados, cualquier cosa podía ser pasada por otra. []
  2. Bilakovics, Steven; Democracy without Politics; Hardvard University Press, England 2012, p. 2. []
  3. Véase Octavio A. Chon Torres, El doble discurso moral del político, sus consecuencias y el papel de la ética. []
  4. Para un video del discurso vea: http://www.youtube.com/watch?v=AgML0u-VaW []

sábado, 1 de febrero de 2014

Potencial de la divulgación científica en la ufología

Potencial de la divulgación científica en la ufología

Por. Krisaltis (Lic. Octavio Chon)             

            La divulgación científica es un área importante dentro del quehacer científico porque supone informar a la población e incentivarla a que busque conocimiento dentro de las diferentes ciencias que existen hoy en día. Una de las problemáticas a las que se enfrenta tiene que ver con captar la atención de las personas para lograr su cometido. Una divulgación científica que no capte la atención de la gente tiene más difícil la labor de que el conocimiento transmitido sea retenido, y esto es porque las personas se sienten más identificadas con cosas de su día a día o con sucesos y eventos que le llaman la atención. En un salón de clase la mejor forma para enseñar a los alumnos está en llamar su atención, en generar asombro y a partir de ahí empezar el proceso dialogante de la transmisión de conocimiento. La divulgación científica tiene en cuenta esto, pero existen campos que pueden será provechados, campos en donde la gente de por sí ya ha enfocado su atención.
            El presente artículo, más allá de lo que podría parecer, consiste en armar una estrategia de divulgación científica que se sacuda de ciertos prejuicios –del investigador- para poder difundir su conocimiento de modo que llegue a la mayor cantidad de personas posibles. La divulgación científica de auditorio tiene un buen alcance, pero nunca es suficiente en un mundo en el que se vive la modernidad sin saber cómo vuela un avión o cómo funciona un televisor. Es importante, entonces, detectar cuál área genera interés en la población desde ya. Un tema que fascine a las personas por su misterio y porque está relacionado a un tópico que desde siempre ha acompañado al ser humano en su historia. Saber si estamos solos en el universo.
            Las ciencias naturales –biología, química, física, etc.- poseen la explicación desde sus propios dominios, pero que sin embargo puede sonar aburrido para las personas. El asunto aquí está en generar ese asombro y atención para poder introducirles el tema en cuestión. No se trata de hablar cualquier cosa con el fin de llamar la atención, sino de generar ambientes en donde ya existe un interés por ciertos temas en particular. En el presente caso, se observa que la ufología posee gran aceptación entre las personas no especializadas en ciencia. Además, al hablar de ello uno hace referencia de manera interconectada con una amplia gama de tópicos, como cuestiones que pueden ser abordadas por la Biología, Astronomía, etc. Esto conlleva a la pregunta, ¿por qué tanta gente se interesa por esos temas? Al fin de al cabo, se trataría de una pseudociencia. ¿Por qué el divulgador de ciencia tendría que meterse en esos ámbitos que no le corresponden? Es importante empezar por hacer un par de reflexiones acerca de más o menos como se ha llegado a esta situación en donde la ufología y demás pseudociencias han ganado terreno en temas sobre el origen de la vida, por ejemplo, para evitar caer en el mismo error.
            No hay que olvidar que lo importante es captar el interés de la gente. En función a este interés es que la divulgación científica ha de adaptarse sin dejar de ser ciencia. Ahí está la estrategia, en saber adaptarse, sino la gente optará por lo que más le parezca que es cierto. Parte de la responsabilidad del porqué la gente ha tendido hacia las pseudociencias se encuentra en que el propio científico tiene ese lado subjetivo que no se percata y que lo limita, los prejuicios y el trato despectivo-doctoral que pueda tener ante gente no especializada que quiere conocer, pero que se siente frustrada al ver que el especialista en el tema se muestra cerrado.
Aquí se dan dos perspectivas, la del especialista y la del público no especializado. Es algo parecido a lo que ocurre con la medicina. Se ha visto que cuando los médicos asumen una postura alejada del paciente e impersonal, la persona tiende a acudir a los que venden hierbas milagrosas, no exactamente porque la medicina no le haga bien, sino por el trato, el proceso dialogante. Este aspecto es vital, muchas veces es pasado por alto. La formación académica de muchos médicos a veces carece de ese enfoque más personal hacia el ser humano que tienen adelante. Eso genera cierto tipo de rechazo, asunto que es aprovechado –a veces directa o indirectamente- por otros sectores que pueden poner en riesgo la propia salud. En el caso de la divulgación científica, sería la salud en el conocimiento.
El rol del investigador
Mutatis mutandi, quien difunde ciencia no ha de mantener la postura alejada y señorial, sino que ha de mostrarse en un tono horizontal con las personas. La gente reacciona de manera favorable cuando siente que quien les habla no lo hace desde lo alto, sino que es una persona como ellos que intenta mostrarles conocimiento. Esto ha sucedido con la ufología. La ufología es el estudio de objetos voladores no identificados –y mientras sea no identificado puede ser un globo, un avión, una mosca, etc. ¿Cómo se puede estudiar algo no identificado? La ufología se ha convertido en una suerte de método para poder determinar y explicar qué podría ser lo que se está viendo. Existen diferentes versiones de la misma, está la mezclada con esoterismo new age, y la de corte más práctica –sin gente de otro planeta o seres sobrenaturales. El potencial de divulgación científica en este espacio es grande. Lamentablemente no se sabe aún aprovechar de manera óptima este recurso, ya que supondría librarse de muchos prejuicios de por medio. La reputación del propio científico puede verse mal vista si uno se mete en esos temas. Esto significa que si el especialista en el tema no está adentrado con la gente que cree en visitantes de otros mundos, ellos estarán a merced de cualquier mentiroso o embaucador que se puede aprovechar de ellos. Es por esto importante que exista esta monitoreo de parte de un sector de quienes divulgan ciencia para que siempre estén ahí y den las explicaciones pertinentes.
Una manera inteligente de lograr esto sin tener que hacerlo desde afuera, de la ciencia para adentro, es ir desde el centro mismo de la ufología. Es decir, preparar gente que ya conoce el tema con el fin de que sean canales de comunicación de divulgación científica. Existen personas dispuestas a ello, son pocas, pero las hay, y es una buena manera de empezar. Capacitar a la gente para que pueda divulgar ciencia bajo tópicos que a la gente les atraiga sin que, repito, se tenga que caer en pseudociencia.
Porque muchas veces el temor pasa por ahí, en que uno termine hablando de cosas sobrenaturales. Eso no es tan cierto, una cosa es hablar de cosas que a la gente le parece sobrenatural desde la perspectiva del no especialista, y otra muy diferente es hablarla desde la perspectiva de quien está preparado para dar las explicaciones pertinentes sin que por ello se tenga que repeler a la gente. Esta manera de divulgar ciencia mediante quienes se interesan por temas de ufología, aquellos que están dentro de la vertiente más práctica de la misma, pueden ser de gran ayuda en temas de divulgación. Existe gente honesta que no tiene la formación adecuada pero que realmente quiere saber qué es esa cosa no identificada en el cielo.
No se trata de llamar a todo el grupo de personas que están en ufología, sino de saber seleccionar y diferenciar entre aquellas que tienen un interés honesto y sincero, pero que no poseen la formación necesaria para dar las explicaciones. Estas personas pueden recibir capacitación para que puedan guiar a otras personas y orientarlas hacia las explicaciones desde el cuerpo de conocimientos científicos. No es un pan a corto plazo, mucha gente no estará dispuesta a cambiar de opinión así tan fácil. Esta estrategia iría en paralelo a la divulgación científica del propio especialista que también haría lo posible por entrar en comunicación con sus foros de debate. El debate es importante, genera temas y hace aflorar conocimiento que es absorbido por el público.
Todas estas acciones supondrían que el científico pase de ser especialista y adopte una postura más de investigador. Porque eso es lo que se requiere, la actitud del investigador, y fomentarlo también en otros. La actitud del investigador es aquella que indaga, se adentra, si existe un problema, ir y solucionarlo, centrarse en el objetivo. Si a un investigador se le presenta una incógnita, él irá a desentrañarlo y no dirá que no hace esas indagaciones porque son patrañas. Evita el escepticismo radical, aquel que niega por negar sin haber investigado. La labor de la investigación es eso, entrar en acción y develar lo que está detrás. Por ello, cuando a un especialista en un tema en particular se le pregunta por algún suceso o fenómeno en particular, la actitud ha de ser de desentrañamiento y no de rechazo prejuicioso.
Entonces vemos que se dan dos clases de prejuicios, el que cree en todo a través de las creencias y dogmas, y el que rechaza de antemano algo por no sonar muy científico. Cuando uno quiere divulgar ciencia a la gente, la gente empezará preguntando cosas que no son realmente de la ciencia, pero ahí está la labor del especialista para que ofrezca las explicaciones que permitan a la gente conocer. Sería simplemente un egoísmo académico si uno se niega a divulgar su conocimiento simplemente porque lo dice gente no especializada en el tema. Alejarse del tema en cuestión es dejar un campo abierto para que cualquier persona ofrezca sus propias explicaciones sin la formación o el conocimiento necesario.
El investigador no debe despreciar las invitaciones que se le hacen para mesas de debate en temas que puedan sonar extravagantes. Un investigador seguro de sí mismo sabrá que participar en esos debates ayudará a la gente a que se informe mejor sobre las investigaciones que él hace. Y quizá no sea de aceptación en general para ese público, pero al menos se hará sentir que la indagación mesurada está presente y quizá inspire a más de uno a seguir preguntando por más, y así, formándose una cadena que a la larga tendrá efectos positivos en divulgación. En cuanto a temas dentro de lo ufológico, se puede aprovechar en gran medida estos espacios. La idea es aprovechar el interés ya existente y reorientarlo hacia lo educativo con miras a una ampliación de la divulgación del conocimiento. Se pueden elaborar metodologías de trabajo que incentiven el espíritu crítico de las personas. En el caso de los objetos voladores no identificados se puede explotar este aspecto.
Por ejemplo, si una persona observa un objeto luminoso en el cielo, la primera recomendación que recibiría no será la de empezar por la conclusión para luego probar lo que podría ser. Lo primero que tendría que hacer, siguiendo el manual de avistamientos de objetos aeroanómalos, es suspender el juicio con respecto a lo que está observando. Es decir, anotar todos los datos de la manera más objetiva posible, como son la ubicación, la hora, puntos de referencia, etc. Al mismo tiempo, se le aconsejará que procure grabar lo que está observando en ese instante, siempre manteniendo la calma, ya que uno de los puntos débiles de quienes observan estos sucesos es que se emocionan tanto que olvidan qué hacer, con lo que al final se tiene un simple testimonio sin ninguna evidencia de lo que observó. Por ello, el primer paso en ese manual sería el de observación objetiva. Para ello es importante que el manual no solo sea un conjunto de datos  y procedimientos, sino también concientizar a quien lo lee para que esté psicológicamente preparado y sepa qué hacer en casos así.
Procedimiento
Además, el manual ha de contener una lista detallada de todos los objetos celestes más comunes que se observan a simple vista, desde meteoroides hasta satélites artificiales –individuales o en formación de 2 ó 3-, pasando por los globos meteorológicos y sin olvidar los actuales drones. Una descripción a modo de breve diccionario de objetos comunes en el cielo, con una explicación de cómo se mueven y en qué circunstancias. Aquí hay un gran potencial de divulgación científica. La recopilación de términos y objetos explicados tendrá por sí mismo un valor divulgativo. Mucha gente, cuando el cielo está despejado, tiende a confundir Venus con algún objeto no identificado[1].
Explicar que se trata de Venus sería el comienzo para ampliar sus conocimientos básicos de Astronomía –junto con la explicación de los meteoroides. Asimismo, información y pautas para identificar potenciales rutas de vuelos de aviones y claves para entender que de mil explicaciones, la de seres de otro planeta no está primero en la lista. Al fin de al cabo, lo que se tienen son objetos no identificados, y por tanto ha de tratarse apropiadamente y con la cautela necesaria. Esa cautela y prudencia forma el carácter para que uno pueda ser más crítico al momento de emitir juicios.
Cinco pasos
Esta primera etapa de la observación es de vital importancia, ya que puede ayudar a despejar muchos avistamientos que en realidad son de aviones o de helicópteros. El trabajo de campo está en averiguar si realmente se trata de esas aeronaves al preguntar a controladores aéreos o consultando con la bibliografía disponible. Esto es importante porque el ufólogo aficionado puede ser orientado hacia una mirada crítica antes de que sea absorbido por la parafernalia pseudocientífica que impera en estos temas y que en realidad no llevan a nada sino que confunden a la población.
El segundo paso que debería estar en aquel manual consiste en hacer un seguimiento constante de lo ocurrido. Es decir, observar si existen regularidades. Quizá lo que se vio siempre sucede más o menos a la misma hora. En otras palabras, generar una base de datos con toda la información necesaria. Una vez descartado de que se trate de un objeto que no se puede esclarecer todavía, lo importante es ordenar la información, ya que una base de datos sin ordenar es lo mismo que generar mayor confusión. También es recomendable preguntar a los lugareños sobre situaciones similares y sobre si es habitual que suceda. Hay que ser prudentes, realizar estas acciones no significan que uno esté haciendo ciencia. La ciencia es un cuerpo de conocimientos ordenados de manera lógica y que implica más que una serie de pasos, y de ahí es que el tercer paso entra en colación.
El tercer paso consiste en mostrar la información recopilada –revisada y ordenada- a los especialistas del caso. Uno puede acudir al organismo científico pertinente. Puede ser una asociación de astrónomos, el colegio de biólogos, etc. Para esto es importante que cada institución científica cuente con un anexo de miembros dedicados a divulgar ciencia y enfocados a responder las incógnitas de la población acerca de lo que quieran esclarecer. Es una manera educar a la población, tal como lo hace la NASA en su propia página web. De esta manera se abren puertas de divulgación de conocimiento científico por gente que hace ciencia y dedica su vida a ello.
Los especialistas examinarán lo sucedido y verán cosas que el ojo no entrenado no puede ver. El ufólogo entonces tendrá nuevo conocimiento que le permitirá avanzar en su indagación. Puede preguntar a más de una institución científica para comparar apreciaciones, ya que puede haber discrepancias ante objetos no identificados dependiendo de la calidad de pruebas que se entreguen. Lo que se hará a continuación depende de los resultados obtenidos. Si se trata de un objeto reconocido, la indagación no termina ahí. Asimismo, si se trata de un objeto no reconocido, igualmente se avanza al cuarto paso.
El cuarto paso consiste en tener la base de datos optimizada mediante los resultados que hayan ofrecido los especialistas y hacer las comparaciones respectivas con sucesos similares en otras partes del mundo. Esto permite tener antecedentes de lo ocurrido. Es importante tener el resultado de los especialistas en este cuarto paso porque si se empieza a comparar antecedentes en otras partes del mundo, quizá lo que uno haya visto haya sido un mero globo meteorológico y al final sería en vano la búsqueda de eventos similares.
Lo similar no significa lo igual, por ello es relevante que uno mismo realice las indagaciones sobre lo que observó. En el mundo de internet existen cientos de testimonios, pero no todos son veraces y la mayoría son objetos celestes comunes. Uno ha de buscar, entonces, gente que haya indagado de manera seria. Esta metodología de trabajo está dedicada a aquellos que se interesan realmente por esclarecer sus dudas sobre los objetos no identificados que ven en el cielo.
La búsqueda de testigos serios con pruebas documentadas de un avistamiento de un objeto no identificado –no hay que olvidar, puede ser cualquier cosa dependiendo de la calidad de las pruebas que se le hayan dado a los especialistas- generará una red de contactos de un nivel de investigación ufológica diferente al que se tiene en muchos medios de comunicación. Muy posiblemente no atraiga la mirada del rating, pero sí de la verdad. Por ello es importante que gente que ya esté posicionada en el tema se empiece a formalizar en su metodología de trabajo y comience a contactar con diferentes especialistas que ayuden a esclarecer lo que uno observa y no logra identificar. De lo que se trata es de disipar la neblina que acontece cuando uno tiene esa ingente cantidad de dudas que surgen cuando se observan objetos que uno no conoce y no logra determinar qué es. Ese interés, como se ha dicho, debe ser aprovechado por el cuerpo de divulgadores científicos.
El quinto paso, por ello, es conformar una red de investigadores y aficionados a observar objetos no identificados con el fin de incrementar la divulgación de conocimiento científico en general, no solo de las ciencias naturales, sino también de otras áreas del saber, como la psicología, la sociología y demás. Esta red puede estar ubicada en un sitio web dedicado para ello, o en foros de debate en donde cada uno esté identificado. La transparencia es de vital importancia, ya que así cada quien sabe quién es y no tiene nada que ocultar. Esto también ayuda a generar un ambiente de confianza entre los participantes de esta red. Aquí es donde las personas podrán compartir el cuerpo de todo el resultado obtenido y aumentar el conjunto de base de datos generados a partir de una indagación rigurosa y no tan complicada. Es la única manera de hacer algo realmente bien a partir de un avistamiento de objetos no identificados. La retroalimentación de esta red ayudará para casos de nuevos avistamientos e incrementará el interés en materia de explicación científica de los mismos.
Hay que tener en cuenta que en el proceso de indagación uno puede encontrarse con inconvenientes relacionados al aspecto militar. En esos casos no suele haber mayor opción que desistir al tratarse de la seguridad nacional –en la forma de tecnología militar. En esos casos es difícil obtener mayor información, pero no deja de ser objeto de análisis siguiendo el procedimiento mencionado. Cabe decir, además, que lo expresado a lo largo de este texto es un procedimiento que puede ser mejorado con la continua puesta en práctica del mismo. No se trata de una receta de cocina que se debe seguir al pie de la letra, sino de una orientación con miras al aumento de conocimiento científico en el aprovechamiento del interés del público por temas como estos, en este caso, el ufológico.
            Como últimas palabras cabe recordar que a lo largo de toda la explicación del procedimiento mencionado, nunca se ha hecho mención de que un objeto no identificado sea algo más que eso, es decir, algo que realmente no se sabe qué es. Un objeto deja de estar no identificado hasta que se logra determinar su naturaleza y procedencia. Existen casos en los que realmente no se puede determinar qué es, pero eso no significa que sea algo en específico. Un objeto no identificado permanece no identificado, no se convierte en algo más y no representa un desafío a todo el cuerpo de conocimiento científico –porque si lo fuese, se podría determinar la naturaleza de su comportamiento. Un detalle importante a resaltar es que la naturaleza no se comporta como nosotros queremos o esperamos que se comporte. La naturaleza nos desborda y puede asombrar al ojo no entrenado como no entrenado. La ciencia no es ningún objeto de culto, es en realidad una palabra muy grande que aborda gran cantidad de disciplinas científicas, tanto naturales como sociales. El objetivo de este texto está entrelíneas, no tanto en el resultado, sino en el aprendizaje que se genera. Es por ello que se dijo al principio sobre suspender el juicio en la observación inicial, ya que una vez que se hace un juicio precipitado, se corre el riesgo de dejar de indagar qué cosa realmente es.



[1] Nótese que no se emplea la palabra ovni por contener una carga muy ficticia conectada con platillos voladores –lo que desde ya es una conclusión precipitada-, a pesar de que ovni y objeto volador no identificado tienen el mismo significado.