martes, 6 de octubre de 2009

Sacado de la República de Platón

Sacado de la República de Platón. Página 197-198 de la editorial Eudeba, 2005.

- ¡Ah! -dije yo-, comprendo lo que quieres decir. No tratamos, por lo que parece, de considerar una ciudad en sus comienzos, sino una ciudad con toda clase de comodidades. Quizá sea mejor así, porque examinando una ciudad semejante tal vez descubramos cómo se originan la justicia y la injusticia en las ciudades. De cualquier modo, yo creo que la verdadera ciudad, o sea aquella que goza de sana constitución, es la que acabamos de describir. Mas si tú quieres que echemos un vistazo a una ciudad malsana, nada nos lo impide. Hay razón, según parece, para creer que algunos no estarán contentos con ese género de vida; agreguemos, pues, lechos, mesas, muebles de otra especie, manjares, ungüentos, perfumes, cortesanas, golosinas, y de todo ello en abundancia. No entrará, pues, dentro de lo simplemente necesario lo que enumeramos al principio, o sea la vivienda, los trajes y el calzado; habrá que introducir la pintura, el bordado, y procurarse oro, marfil y materias preciosas de toda clase. ¿No es así?

-Por supuesto -contestó.

-Debemos, entonces, agrandar nuevamente la ciudad. En efecto, la primera, la ciudad sana de que he hablado, ya no es suficiente; habrá que ampliarla y llenarla de una multitud de personas cuya presencia en las ciudades no tiene más razón que la de satisfacer los deseos no necesarios. como los cazadores de toda especie y los artistas que se dedican a la imitación por medio de figuras y colores, y otros muchos por medio de la música, es decir, los poetas y su cortejo de rapsodas, actores, bailarines, empresarios, y también fabricantes de toda clase de artículos, entre otros, los que conciernen al adorno de las mujeres. Habrá también que aumentar el número de servidores, ¿No crees que necesitaremos pedagogos, nodrizas, amas, doncellas, barberos y asimismo cocineros y maestros de cocina? Hasta tendremos necesidad de porquerizos. No se encontraban, por cierto, en nuestra primera ciudad porque ninguna falta nos hacía, pero en ésta nos serán imprescindibles. De igual modo, necesitaremos animales de toda especie para aquellos que tengan ganas de conocerlos. ¿No es así?

-Indudablemente.

-Y con esa clase de vida, ¿no sentiremos la necesidad del médico más a menudo que con la primera?

-Mucho más.

P.D: La negrita es mía. Krisaltis.

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